Ayer pude dormir sin medicación. Todo parece ir mejor que antes. Menos ansiedad, salvo en casos puntuales. Soñé que veía a mi abuela y la abrazaba. Sentí su abrazo y todo su cariño. Me sentí feliz, realmente feliz, me sentí querido. Luego ella se fue tras una puerta de luz que se abría a un destino desconocido para mí. Una puerta que no me dejaron cruzar.
Desperté con la alarma del móvil. Sonaba un tema tranquilo de Alice in Chains que decía que todo había terminado.
Tuve un día genial, hasta el momento que supe de un amigo que lo estaba pasando mal por una serie de historias que iban contando sobre él. Hagamos una especie de resumen, muy general, para que os podais hacer una idea.
Creo que fue en 2006, primeros de agosto, que conocí a un chico. Poco a poco nos fuimos haciendo grandes amigos. Confiábamos ciegamente el uno en el otro. Sabía cada detalle de mi vida y yo de la suya. Entre nosotros sólo hubo un cariño tremendo, una amistad sin condiciones. Pudo haber equívocos, pero al final los dos sabíamos el lugar que debíamos ocupar en la vida del otro y eran límites que no estábamos dispuestos a rebasar bajo ningún concepto.
Pasó el tiempo, y como siempre, cada uno va haciendo la vida por su lado. Uno conoce a alguien con quien parece congeniar, con quien llenar esos huecos que deja vacíos el amor y surgen celos y tensiones que no fui capaz de ver. Hay terceras personas, siempre terceras personas que se meten por medio y hacen que metamos la pata, cometamos errores y nos distanciemos. Despechos, mentiras y reproches que llegan a oidos de uno y de otro de un modo que no deberían, por canales inadecuados. La amistad se rompe de mutuo acuerdo, con todo el respeto por mi parte.
Es después de esa ruptura, la primera vez que rompo la amistad con un amigo, sinceramente, que siguen llegándome comentarios que me joden muchísimo. No por mí, sino porque van directamente contra mi pareja. En ese momento mi pareja se ha convertido en la persona en quien más confianza he depositado. La persona por la que respiro y lo doy todo. La que hace que cada día pueda levantarme con una sonrisa y ser feliz, porque fui realmente feliz.
Pero como todo tiene un fin, aunque yo llegúe a creer en el amor para toda la vida, llega ese día. El 6 de junio de 2010 me pone los cuernos con un tipo que semanas antes mi pareja había dicho que era un falso y que no confiaba en él. Bien. El mundo que yo había estado construyendo rebienta. Mi cerebro es zarandeado y se convierte en una masa espesa que cae borboteando por mi nariz y es pisoteado por una manada de humanos, que agazapados esperaban ver los restos para lamerlos sobre el asfalto.
Ansiedad, psiquiatras, psicólogos, pastillas. Yo perdido en un océano sin costas. Una extensión de agua y remolinos que me engullen y me vomitan, que me vapulean como a un muñeco de jirones de trapo.
Entonces deja de tener sentido esa discusión que nos separó a mi amigo y a mí. Deja de tener sentido porque él no fue nunca contra mí, sino contra quien me engañó y me destrozó la vida. Contra esa persona a la que yo había protegido y por quien hubiera dado mi vida sin dudarlo.
La amistad se retomó. Al principio con desconfianza, pero fue ganando fuerza poco a poco, hasta fortalecerse y recuperar todo el cariño que nos teníamos antes. Una amistad sincera, sin rencores, sin lastre. Pero no todo el mundo estaba cómodo con esa amistad y comenzaron a sembrar mierda.
Yo siempre he sido un tio muy clarito. Había gente que me daba un asco profundo, porque habían metido cizaña entre mi ex y yo. Habían usado a mi expareja como si se tratase de un objeto a disputarse. Eran animales peleando por su presa. Yo no entré en ese juego jamás. Simplemente dije lo que pensaba, con la máxima sinceridad. El caso es que aunque me diesen tanto asco, nunca les negué un saludo, porque no está en mi naturaleza llevarme mal con nadie, y menos si sé que son gente importante para gente que es o ha sido importante para mí. Hay quien dice que eso es hipocresía, yo creo que es respeto, pero para gustos los colores.
Nunca le dije a nadie que no saliese con nadie, pero en cambio, si hubo quien malmetió sobre mí y le decía a este amigo o a mi expareja que yo no pintaba nada en sus vidas, que por qué se venían tanto conmigo. Yo jamás puse impedimento en que esos individuos saliesen en mi grupo de amistades. Si alguien no me interesa en mi vida, no tengo porque enfadarme con nadie por hablarle, simplemente actúo como si no existiera para mí y punto. No creo malos royos, y de eso son conscientes muchas personas que me conocen, saben lo que pienso y lo que siento y me han visto en esas situaciones. No tengo que dar explicaciones a quien ni me va ni me viene, no? aunque ahora lo exponga todo aquí. Pero lo expongo porque me sale de la poya y realmente, a quien le importa?
Y como su dios los cría y ellos se juntan, se dedican a liderar una campaña de desprestigio contra mí. A decir ahora que si yo estoy liado con mi mejor amigo, simplemente porque les interesa contar eso delante de personas a las que quieren fomentar desprecio contra mí.
Son personas manipuladoras y egoistas que se meten en mi vida cuando yo no les he hecho absolutamente nada, ni mucho menos meterme en sus miserables vidas. Ese engendro con cuerpo de anciana y esa niñata hipócrita y falsa se dedican a rajar a mis espaldas, pero es que ni siquiera eso me importa, porque yo tengo la facilidad de que si alguien no me interesa en mi vida, le doy carpetazo, cierro la puerta y no entra más. Lo que me jode es que son presuntamente grandes amigos del chico con el que me "emparejan" y él está jodido y pasándolo mal por eso.
¿Quien coño os creeis, hijos de puta, para ir juzgando y rajando de nadie? Y me la sopla profundamente hasta inflarme los cojones lo que piense ahora mi ex, que tanta amistad tiene con ellos. Sinceramente cariño, si supieras todo lo que sé que han hablado de tí a tus espaldas, igual no les tenías tanto amor, ¡o quizá sí! porque tú tambien demostraste ser igual de hipócrita con aquel último "te amo" mirándome a los ojos y pidiéndome un beso días antes de irte con el otro, por quien no siento más que lástima.
Me dais un asco profundo. Tú me destrozaste la vida, pero no me sale del mismísimo nabo que ahora tus amados amigos ¡tan sinceros! jodan a alguien que lo peor que me ha demostrado es que me ha querido a pesar de todo. Y no me sale del nabo porque mienten. Te mienten a ti para que me cojas más asco, se mienten a ellos mismos para tener excusas para despreciarme y mienten a todo el mundo inventando historias que hacen mucho daño.
¿Esa es la clase de personas que quieres en tu vida? Pues felicidades, pero si en algún momento me has querido, si en algún momento has sentido algo por mí, antes de que te influyese nadie, deberías ser capaz de ver las cosas como son y pararle los pies a quien te "quiere tantísimo" y no creerte sus absurdas especulaciones. Y si te las crees, ¿es porque te interesa odiarme, o es porque hay a quien le interesa que me odies? Plantéatelo, porque quizá un día dejes de ser tan influenciable y adquieras eso que unos llamamos criterio propio.
Rubita, si tienes algo que contar sobre mí, pregúntame antes, porque como ya te han dicho, soy un tipo de lo más directo y sincero. Como cuando te he dicho a la cara que eres una falsa y una manipuladora. Y al engendro con cuerpo de anciana que tiene miedo al sexo anal, no vuelvas a pronunciar mi nombre, porque le queda muy grande a tu cerebro de zorra.
Volved a meteos en mi vida o en la de las personas que me importan si teneis cojones. Yo los tengo para decíroslo a la cara y estoy esperando el día en que nos veamos, pero aquí os dejo esto como adelanto. Desde ahora estais completamente MUERTOS para mí.