Huid

2


En ese momento, cuando fui consciente de mi propia muerte, sentí miedo por la muerte de cuantos me rodeaban. De las personas a las que amé.

Me sorprendo a mí mismo llorando sin un motivo. Ojalá pudiera explicar todo ese Apocalipsis que rompe mi cerebro a martillazos. Es un sinsentido absurdo que no sé en qué momento llegó a controlarme, aunque sí sé en que momento me invadió.

Supongo que tengo mil razones para seguir adelante y vivir, pero la única que puedo ver, es no provocar en quienes me aman lo mismo que siento yo. Este vacío, esta tristeza inmensa. Estos recuerdos que han cambiado de hacerme sonreir a hundirme en un foso de fango y espinas.

Ojalá pudiera romper todos mis vínculos sin hacerle daño a nadie. Y romper después mi cabeza contra el suelo, desde siete pisos de altura.

Lo que soy no es más que una sombra inútil. Un susurro. El que era, murió. ¿Para qué conservar un cuerpo que no alberga vida? Sólo soy un pensamiento.

Lo que soy es un esfuerzo por mantener la imagen que todo el mundo tenía de mí. Ni siquiera soy quien yo sabía ser.

Pude haceros felices a todos y jamás pedí nada a cambio. Yo lo daba todo sin esperar nada a cambio. Jamás os pedí nada a cambio. He sido lo que todos queríais que fuese sin tener que mentir. Sin tener que dejar de ser yo mismo. Os lo he dado todo.

¿Qué recuerdo teneis de mí? ¿Qué pensais conservar?

Hay lugares a los que debemos viajar sin nada. No puedo ensombrecer vuestra felicidad ahora. Antes de hacerlo, quiero perder esa capacidad. Pero cómo???

Nadie lo sabe todo sobre mí. O realmente es que nadie sabe una mierda sobre mí. Ignorais cuando me abro, cuando os doy mi confianza y os cuento lo que me preocupa, lo que siento. Convertís mis temores en paranoya enferma y los acabais haciendo realidad. Luego lo vais contando como si yo fuese vuestro enemigo más repugnante: "mira este lo que dijo"

No puedo odiar. Mi capacidad de odiar murió junto a mi capacidad de amar. Junto a mi felicidad, con mis ilusiones, mis bromas tontas, mi sentido del humor extraño.

Este recipiente que lleva mi cara es un monstruo al que no os debeis acercar.