Mery


Hoy podría haber sido un día normal. Ha estado lloviendo intermitentemente todo el tiempo. Me ha gustado asomarme a la ventana o tumbarme a leer mientras oía las gotas golpeando contra el suelo de la azotea.

No sé bien dónde tengo mis pensamientos este 9 de octubre. Porque el vacío y la tristeza que me acompañan estos últimos meses, a veces no me pertenecen. Como esta mañana, que me enteré que lo que tienes es un linfoma de hodgkin y que el jueves empiezas con la quimio... Tengo ganas de verte pero supongo que tú no tendrás ganas de ver a nadie. Y yo no sirvo para estas cosas. No estoy hecho para cumplir con lo que la sociedad espera de mí, pero siento mío el sufrimiento en esta terrible empatía que me persigue. Que a veces anulo con algún medicamento prescrito por necesidad.

Tú eres fuerte y tienes lo que se necesita para superar algo así, pero yo tengo miedo y últimamente lloro cuando tengo miedo. Yo quiero ser fuerte más allá de la imagen disorsionada que la gente se crea de mí. Por encima de la que intentan deformar quienes me detestan.

Siempre te he tenido mucho cariño, a pesar de esas discusiones tontas que teníamos y que siempre solucionábamos en cuanto nos veíamos. Sólo quiero darte ánimos, aunque no sé hacerlo. Nunca he sabido. De todos modos tampoco leerás esto. Pero pienso que me quedo mejor diciéndolo, aunque sea a través de redes de alambre. Todo va a salir bien, Mery.

Comments (3)

Lo siento por ella.Tampoco es esto lo mio asike...supongo que eso..
un beso

gracias x el comment sweetdie ^^

Hay sacudidas de la vida que nos hacen tomar consciencia de las capacidades que no tenemos y es entonces cuando la falta de palabras que decir nos hace sentirnos impotentes.
Imagino que es suficiente con dejar clara nuestra presencia... aunque sea silenciosa.