Llego a casa, me quito los zapatos, enciendo el aire y me tiro sobre la cama... He bebido... demasiada cerveza... Cuanta es demasiada? He aparcado en el quinto coño...

Anoche dormí 3 horas. Hoy quiero dormir un poco más. Tengo ansiedad. Me quito los anillos, las pulseras y el colgante. Busco en el cajón el pastillero. Cojo un alprazolam y me lo tomo. No debería hacerlo, he bebido demasiada cerveza... Cuanta es demasiada cerveza? Vuelvo a tirarme sobre la cama.

Me levanto para ir a mear. El del espejo era yo, pero no hoy. Fui yo, pero no siempre.

Ahora me miro con ojos lamentables. No, no era yo. Pero era yo. Había sido.

Vuelvo a mi cama. Amiga. Apago el aire, tengo frío. Tengo que poner el despertador. Tenía planes, ideas. Ahora tengo... no sé qué coño tengo.

Abrazo la almohada. Me reconforta unos segundos. El corazón me arde. Joder, que haga efecto la puta pastilla. Me consume.

Pongo el despertador a las 9. son las 2:23... espero dormir al menos 6 horas. Me conformo con 6 horas... Creo que me estoy volviendo loco... Creo que lo estoy de hace mucho tiempo. Si a algo debo temerle, es a mí. A ese yo que no conozco, o que intento pensar que no soy yo. Al que me mira en el espejo.

Odio. Siento odio. Miro al techo y no veo vigas para colgar nada. No es el lugar más apropiado. Quizá huir, en medio del bosque. Buscar un árbol...

Las dos botellas de agua a los pies de mi cama están vacías. Creo que yo también estoy vacío. Sería capaz de rellenarme de plomo y fuego con un bang. Dejar lo que buscais en una esquina ribeteada en rojo y sesos.

Tenazas en lugar de manos, que abren sin piedad pechos de los que sacan corazones que aplastar. Temo ser una de esas personas, con tenazas en lugar de manos. Creo que lo soy. Soy el mal en su más amplio significado. Odiadme como yo os he odiado.

No puedo escribir más. Quiero cerrar los ojos y tirarme aún más. Que escriba mi mente sin mi cuerpo.

Quiero estar de espaldas a ti en el salón de baile del castillo de la bestia, y que la música comience a sonar. Nos miremos, y unamos nuestras manos con la complicidad que regalas. Que he perdido.

Que has gastado.