Tengo calor. Anoche pude dormir bien, pero hoy he tenido que duplicar la dosis. Hay mezclas necesarias, como cuando cogemos el amarillo y lo ponemos sobre el azúl para conseguir el verde. Cuando pinto, me gusta mezclar directamente sobre el lienzo. Especialmente para los fondos. Los fondos que pinto son violentos, pero agradables. Como un general sádico con cara de abuelito entrañable.
A mi alrededor todo son recuerdos. Necesito un lugar sin recuerdos. ¿Existe? La pastilla se disuelve bajo mi lengua. Es amarga.
Hoy quería salir a disparar, hacer algunas fotos. Es un coñazo ir cargado con la escopeta, el trípode, la cámara... quise haberme llevado también la guitarra. Pesa demasiado esa "Les Paul" Prefiero guitarras más ligeras. Necesito que mi música sea ligera. Necesito agarrar el mástil y que me lleve a otro lugar. Como si navegase. Como si pudiera llegar a la tierra prometida a quienes creen que la merecen.
No creo que merezca más tierra que la que me echan encima constántemente. Al fin y al cabo, si nos acercamos al fuego nos quemamos, ¿verdad? En cualquier caso a mí nadie podrá reprocharme nada que sea cierto. ¿En qué he mentido alguna vez? Y no, no soy buena persona. ¿Qué es ser buena persona? ¿Cumplir lo que mandan los cristianos? ¿Los musulmanes? ¿Qué sucede con las culturas precolombinas? ¿Están todos en el infierno porque nadie les habló de el "dios verdadero" hasta el siglo XV?
Debo tumbarme. La madera del techo late. Siento su latido. Puedo ver que los tablones se contraen y se dilatan con la entrada y la salida de mi sangre. Mi válvula mitral no sabe hoy qué dirección tomar. He vuelto a tumbarme. Un cable cae del techo sin sentido. No tienen sentido mis ojos, que se hunden cuando los tengo cerrados demasiado tiempo. Hoy entré en la armería. Sólo quería disparar un poco.
- ¿Qué calibre? - La chica tiene dos latas sobre el mostrador.
- Este. Gracias.
Me he acostumbrado a dar las gracias por todo. La pastilla no se ha disuelto todavía. Pero mis pensamientos sí. Gracias.
No comprendo esto. Es mirar atrás y de pronto no veo nada. Todas las risas se han ido. El pasado perfecto es un futuro impefecto y pesado. Cae sobre mí como una losa de marmol con mi nombre. No quiero losas con mi nombre. No quiero coronas de flores. No quiero que nadie pase la noche velando un cadaver con la cara tapada que no se levantará. Quiero diluirme. Como esta madita pastilla que se toma su tiempo y agota mi paciencia.
Mi impaciencia. Ahora es mi corazón el que ha latido. No. Falsa alarma. Me gustan mucho estas cortinas, pero las miro y me encantaría estrangularme con ellas. Hay tantas formas. Es como meterte en la piel de alguien que crees que conoces y reventarla desde dentro. No soy nadie, no eres nadie. Sólo somos moléculas flotando sobre el inmenso cosmos. ¿Donde está la conciencia? ¿El ADN es el origen de la vida? Si las sociedades se convierten en un ente propio cuando se forman... es decir, esto es algo complejo quizá. ¿No?
Quiero decir. No tengo ni idea de ciencias. Yo no nací para las ciencias. Yo nací porque quisieron darme una oportunidad, porque quisieron compartir conmigo una felicidad. Porque parecía que el mundo se convertía poco a poco en un lugar fantástico. No soy nadie para tirar todo esto por la borda. ¿No?
Pero volvamos a mi teoría. Partamos de la base de que soy un completo ignorante en todo lo que digo. Sobre todo lo que escribo. Pero tenemos sociedades, ¿verdad? Las creamos nosotros. Les damos una entidad, les otorgamos vida propia. Las ciudades se unen y forman comunidades, comarcas, paises, estados, uniones. Todas con su nomenclatura, con su personalidad. Los humanos que las habitamos les damos esa personalidad, ¿no es así? y ahora, queremos comunicar con otros planetas. Queremos colonizar el cosmos. Algo tan lejano que ni siquiera debería importarme, pero es a lo que me quiero referir. Las ciudades parecen tener conciencia. Somos su ADN. Los humanos, los vehículos, las fábricas... toda la sociedad es como el interior de un organismo vivo. Cada ente con sus funciones y nosotros la información de la que surge todo. ¿Me explico?
Entonces si conseguimos unir dos, más planetas. Serían como conexiones neuronales a otro nivel, ¿no? Estamos saliendo de la física cuántica, pero inevitablemente la estoy comparando. Se que lo rigen leyes diferentes, no trato de resolver nada. Pero ¿qué pasará cuando el universo entero pueda estar conectado? Se crearía una conciencia. Un ente propio. ¿No? Pero los humanos no podemos conseguir eso. Estamos demasiado ocupados matándonos los unos a los otros. ¡Perdemos el tiempo creyéndonos importantes!
No. Los seres humanos no somos el puto ADN del planeta. Somos un virus demasiado complejo, que destruye para abrirse paso. Para conseguir sus sueños. Destruye y se deja contaminar por el cancer de la inutilidad. Yo he llegado hasta aquí. ¿Dónde estás tú? Puedo abrir y cerrar puertas a quien quiera. Hoy puedo hacerlo. Soy mala persona, ¡recordadlo!
Cuando llegue a casa publicaré esto. Después, guardaré algunas cosas en una caja. Objetos que no quiero ver más. Y meteré esa caja al fondo del altillo. Quizá la vuelva a abrir cuando haya pasado el tiempo suficiente. Quizá llegue y la abra otra persona porque yo ya me haya desesperado.
Quiero mi SG. Quiero que dejen de inventarse cosas sobre mi. O quiero una glock. Es una agonía esperar a sentir algo. Es imposible cuando ya nada es como antes. Recuerdo que tuve una vida perfecta. Llegué a tener todo lo que deseaba. Gastaba mis recursos en compartir mi felicidad. Como sucedió cuando nací. Es lo mismo que hicieron conmigo. Yo sólo trataba de hacer feliz a alguien con todo lo que estaba a mi alcance. La gente es tan ingrata que ya duele. ¿Cómo confiar en nadie más? ¿Cómo volver a ilusionarte?
Quise hacer algunas fotos pero apenas quedaba luz. Me llené las manos de óxido con la escopeta. Dejé el cañón a medio limpiar. Me entretuve poniéndole un tornillo que había perdido con los años. ¿Cuantos puede tener? Es casi tan vieja como yo. A veces pienso que soy tan viejo como este mundo absurdo de los humanos. Que a estaba ahí cuando pintaban sus proezas en las cuevas. Marcaban su territorio. Marcaban el territorio de los grandes líderes. Esa es mi propia teoría de las pinturas en las cuevas. Eran demostraciones de poder, meadas territoriales. No hemos evolucionado en ningún sentido. ¿Arte? El arte no es más que eso. Es la expresión del deseo a ser aceptados. Por eso yo nunca quisiera ser declarado "artista" Porque yo disfruto lo que hago, sea la expresión que sea, sin el temor al fracaso ni al juicio de un tribunal.
Hay recuerdos en estas paredes que se me clavan como puñales en el estómago. Creo que llegará el día, que alguno de ellos me desangre.