Nada

Me tentó la bendición
de huir de ti
y la evité.

Salté los obstáculos
que separaban tus ojos
de mi pánico
dejándolos detrás.

No esperaba a cambio
nada.

No sólo regalaba mi tiempo
o mis riquezas.
Entregaba mi ilusión
como una ofrenda.
Renunciando a ser.

Pero no pedía nada.
Nada.

No pedía nada
hasta que me di cuenta
que eso fue lo que me quedó.

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