LA VERDAD

¿No os parece muchas veces estar viviendo una especie de sueño? O pesadilla, claro está. Y ves la vida... no se, lo que pasa a vuestro alrededor, como un simple espectáculo, un programa de televisión...

La otra tarde, mientras esperaba a alguien sentado en mi coche, bajé la ventanilla y miré el retrovisor... Dejar de ver ese reflejo a través de otro cristal, me hizo pensar.

Estaba viendo lo que tenía detrás gracias a un espejo. No puedo decir que lo que se reflejaba fuese real o no, pero al menos, me daba la sensación de que el espejo sí lo era.

Muchas veces en la oficina, después de pasar mucho tiempo trabajando con el ordenador, salgo a la terraza y miro el cielo unos minutos. Necesito quitarme las gafas para creerme que esas estrellas, la luna o la espuma de las olas que rompen a pocos metros, son auténticas.

Hay cosas que cuesta mucho creer, haya o no cristales por medio. Pero no es lo mismo verlas en persona que a través de la televisión o una pantalla de ordenador. Para mí, ni siquiera es lo mismo verlas en persona que a través de un cristal o un espejo (acabo de acordarme de la película que hemos hablado esta noche, Ángel)

No entiendo esa línea capaz de separar lo que es verdad de lo que percibimos. Yo puedo tener la certeza de que algo es auténtico, cuando para otra persona no lo es. ¿Qué realidad es la válida?

Sucede con los recuerdos. No conservamos recuerdos, sino impresiones de lo que un día pasó. Tengo recuerdos de mi infancia que sé que son falsos y otros en los que dudo sobre su veracidad. Otros que reconozco adulterados y otros que ni me pertenecen. Por suerte ahora me cuesta más conservar recuerdos.

Por eso, ¿qué es la verdad? ¿Es lo que vemos? ¿ Es lo que nos cuentan?

Es lo que la sociedad crea, como un dios, un monstruo, la administración pública...

La realidad no es más que eso. Lo que creamos en conjunto, como en el final de (SERIEDECULTO) o las creencias religiosas. Lo que cuenta alguien a quien creemos o lo que cuentan quienes quieren creerse algo.

Entonces, la verdad es un gran invento del hombre. La verdad puede ser la física, las leyes naturales, o puede ser ese dios que las pervertidas mentes de los humanos construyeron. La verdad puede ser que te estoy viendo, o puede ser que me vieron en el metro de Madrid hace dos días mientras yo estaba relajado en la playa.

Por tanto, la realidad puede ser muchas cosas, raramente identificables. Pero en cambio, el otro extremo, la falsedad, se ubica fácilmente.

Contradictorio ¿no? Como yo, como mi sinceridad descarada. No me empeño en buscar la verdad, porque ahora sé que puede estar en cualquier parte vílmente camuflada. Me resulta más fácil y cómodo localizar la falsedad y desenterrarla.

Sed felices.

Comments (0)