Ella, suave y gris.
Como esas visitas inesperadas con las que te apetece estar, así llegó. Ronroneaba agradecida, exploraba.
Maullaba inquisitiva.
Pensaba que sería sólo una acompañante nocturna de esas que pagamos con un poco de atún, pero ahora, en mi casa, la tengo sentada junto a mí. Mirándome como si me conociera. Como si me debiera algo.
De pronto huye de la silla vacía y se acurruca en el sillón, sobre mi camisa del trabajo. Gira la cabeza en una postura imposible. Maulla.
Reposa confiada, segura. No se sobresalta con nada. Creo que sabe que tiene cariño y protección.
Aunque sea por sólo unas horas.
A veces sucede. Es algo que no consigo explicar. Menos a esta hora de la mañana, después de toda una noche en vela. Pero es increible que algo que te llega sin pretenderlo, despierte en ti ese algo... ese instinto. No sé decirlo.
Quizá esté algo sensible. Ha sido una semana excesivamente larga. Una semana... y ya me encuentro haciendo planes que no debería. Buscando una fecha, un viaje corto hacia algo intenso.
Es terrible cuando tanta gente espera el premio.
Suave y gris, dormida. Esta foto recien hecha.
Respira sin molestar. No me ha pedido nada. Ella no puede fallarme. Ela no me va a decepcionar.
¿Pero cuanto tiempo? ¿Cuando habré de llevarte donde te corresponde? Ojalá te quedes. Has sido de esas cosas que he hecho sin pensar. Perdona el viaje en el maletero, pero estabas demasiado inquieta sin transportín.
No he razonado. No quiero hacerlo. Creo que he sentido algo que me hubiera hecho cambiar de carretera anoche. El mismo impulso que hace que ahora estés aquí. Exáctamente el mismo que quiere hacerme saltar sin mirar abajo. Sin ese pánico que han sembrado en mí las personas a las que les entregue TODO y de quienes ya no me queda absolutamente NADA.
Quizá vuelvas esta noche al lugar del que saliste. Me da pena pensar que una familia podría estar buscándote.
Quizá haya que volver, dar marcha atrás en esta decisión de traerte a casa. Pero todo lo demás...
Avanza.
Como esas visitas inesperadas con las que te apetece estar, así llegó. Ronroneaba agradecida, exploraba.
Maullaba inquisitiva.
Pensaba que sería sólo una acompañante nocturna de esas que pagamos con un poco de atún, pero ahora, en mi casa, la tengo sentada junto a mí. Mirándome como si me conociera. Como si me debiera algo.
De pronto huye de la silla vacía y se acurruca en el sillón, sobre mi camisa del trabajo. Gira la cabeza en una postura imposible. Maulla.
Reposa confiada, segura. No se sobresalta con nada. Creo que sabe que tiene cariño y protección.
Aunque sea por sólo unas horas.
A veces sucede. Es algo que no consigo explicar. Menos a esta hora de la mañana, después de toda una noche en vela. Pero es increible que algo que te llega sin pretenderlo, despierte en ti ese algo... ese instinto. No sé decirlo.
Quizá esté algo sensible. Ha sido una semana excesivamente larga. Una semana... y ya me encuentro haciendo planes que no debería. Buscando una fecha, un viaje corto hacia algo intenso.
Es terrible cuando tanta gente espera el premio.
Suave y gris, dormida. Esta foto recien hecha.
Respira sin molestar. No me ha pedido nada. Ella no puede fallarme. Ela no me va a decepcionar.
¿Pero cuanto tiempo? ¿Cuando habré de llevarte donde te corresponde? Ojalá te quedes. Has sido de esas cosas que he hecho sin pensar. Perdona el viaje en el maletero, pero estabas demasiado inquieta sin transportín.
No he razonado. No quiero hacerlo. Creo que he sentido algo que me hubiera hecho cambiar de carretera anoche. El mismo impulso que hace que ahora estés aquí. Exáctamente el mismo que quiere hacerme saltar sin mirar abajo. Sin ese pánico que han sembrado en mí las personas a las que les entregue TODO y de quienes ya no me queda absolutamente NADA.
Quizá vuelvas esta noche al lugar del que saliste. Me da pena pensar que una familia podría estar buscándote.
Quizá haya que volver, dar marcha atrás en esta decisión de traerte a casa. Pero todo lo demás...
Avanza.
Me encanta la profundidad con la que te expresas
La profundidad es para los k buceamos!! sea en el mar, sea en una piscina acotada sin peligro, sea en unos brazos k nos esperan temblorosos.
GRACIAS!
Ese gato es afortunado por haberte encontrado, en ocasiones, uno sigue un impulso, y éste termina marcándole la vida. Y esos brazos temblorosos, tiemblan porque están aterrados, pero ya afrontaron el miedo antes. Ahora échale valor, y permite a esa cara triste recuperar su vida. Y no piertas tu corazón porque te hará falta...
Hola guapeton!! soy Maria, la amante de los cojines :D al final te has quedado con la gatita¿? un besazo enorme^^
Gracias Fran!! ^^
Hey Maria!! jajaja al final le he encontrado casa!!! ^^ 1besotee!!!