Otra Decada Comienza

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Los humanos y nuestras manias. Resulta que no comienza un nuevo año, sino una nueva decada. Permitidme que me salte las tildes. No puedo estar pendiente al mismo tiempo hoy de los signos de puntuacion y de las chorradas que salen de mi cabeza. (oooh!! breaking the rules!!!)

El caso es que me da igual. Lo que echo de menos en esto de las decadas son los movimientos musicales rompedores. El Punk en los 70, el Heavy en los 80, el Grunge en los 90... ¿Y que ha venido despues? No ha habido mas grandes movimientos. Mira, poner las tildes puede ser un coñazo, pero algunas me vienen solas, asi que pondre solo las que mis dedos digan, ok?

La musica es negocio y atras quedaron las olas que rompian con todo lo anterior. Las que criticaban sociedades, culturas y sistemas de gobierno. ¿Donde está el mensaje ahora? Siempre hubo canciones de amor, desamor... pero ahora la única crítica social es en pro de algunos desfavorecidos y no de lo que hace que esas personas sean desfavorecidas. La letra demasiado evidente y demagoga que como mucho opta a que digamos: pues va a ser verdad, y que quien la crea piensa: pues va a ser posible que me la pidan para alguna campaña comprometida.

Porque todo el mundo ahora está muy comprometido con las causas sociales y el medio ambiente gracias al ambiente mediático. Y si criticas a 4 ONGs porque te parece que lo que hacen es enriquecerse a costa de unos y otros, pues resulta que el que no está comprometido eres tú. A mí no me sirve absolutamente de nada decir que apoyo a las ONGs si luego no aporto nada. Me parece más positivo criticar la labor de las que están relajadas en sus sillones de cuero beige viendo cuanto pueden "escatimar" de los ingresos de sus benefactores. Me parece que siendo críticos ayudamos a que se pongan las pilas y se haga realmente lo que se debe, o al menos más de lo que se hace.

Hoy día todo es propaganda. Los gobiernos y las empresas gastan más dinero en mostrarnos lo que aparentemente hacen que en llevarlo a cabo. ¿Qué es lo que ha pasado en todo el mundo ahora? (vale, perdón, casi todo el mundo...) esta crisis que muchos veían venir y muchos otros esperaban evitar. Esta crisis de la que más de uno huyó mientras pudo para que se la comiera otro. No responde a una conspiración contra los bondadosos gobernantes, sino que son ellos mismos quienes la han propiciado. Los políticos ya no hacen planes de futuro. Se han convertido en Punks y el "there's no future" es su lema. Construyen los países para el hoy, o para los próximos 4 años. Ni siquiera para eso! Los contruyen para los 2 meses antes de las elecciones. Que si pleno empleo, que si blablabla.

Y seguimos creyendo. Tenemos fé!! Y nos llamamos a nosotros mismos ateos... Los sectarios no son ateos! Los sectarios son comemierdas, son politicoprofagos. Su capacidad crítica ha sido violada por las grandes sectas políticas que los gobiernan. Se que me repito y demás, pero me parece todo tan... indecente!!

Es facil gestionar un dinero que no nos pertenece. ¿Qué haríamos si nos diesen un dinero para hacer una serie de gastos entre los que están nuestros propios sueldos? Un dinero para pagar directamente viajes y otras genialidades que podemos justificar con un papelito que diga lo que podemos haber hecho o no. ¿Qué haríamos si se nos diese poder para hacer lo que quisiéramos, teniendo por detrás toda una campaña que va a decir que realmente hicimos otra cosa mucho más apropiada?

En serio, no soy ningun tremendista conspiracionista!! Se que el mundo no se va a acabar en el 2.012 por mucho que dijeran unos señores con taparrabo que sacrificaban a sus congéneres para que lloviera. Incluso debería darme igual que el hombre fuese hacia su autodestrucción, porque yo no lo veré. Lo que me da más miedo es que nos limitemos a comernos el hueso que nos dan para roer. Que nos autocompadezcamos diciendo que es lo que hay, que qué se le va a hacer.

No llamo a ningún movimiento, a ninguna acción. No estoy invocando a ninguna deidad antitodo ni antinada. Sólo me desahogo. Incluso habrá a quien le venga bien toda esta sarta de "tonterías" porque verá que no está solo o sola en esta marea que no nos deja adentrarnos en alta mar y nos devuelve continuamente a la orilla, al punto de partida.

Voy a cancelar mis planes para hoy. Sólo dejaré uno en pie. Necesito descargar un poco de conformismo. Necesito que me de el sol. No puedo pasar tanto tiempo rodeado de noches y nublados. No reivindico nada, sólo mi propia vida. Ni siquiera eso! Soy prácticamente feliz, que ya es mucho, y sin necesidad de credos ancestrales o verdades impepinables. Soy feliz con mi incertidumbre, con mis dudas. Soy feliz con mi imperfección y mis errores. Soy feliz porque soy libre de pensar y expresarme, aún conociendo todos mis condicionantes y los lastres sociales que no consigo identificar, pero que están ahí, ejerciendo su peso sobre mi mentalidad y mis divagaciones.

Soy feliz aunque no llegue ahora otra década a romper con la actual. A acabar con la industria musical que conocemos, ni con la clase política ratera o los banqueros. Soy feliz porque no necesito nada más de lo que tengo.

Se Feliz

O Fortuna...

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Me puedo llevar horas escribiendo ejemplos de buena o mala suerte que he tenido a lo largo de mi vida. Situaciones diferentes que me han hecho levantarme y sentirme lider de la manada o hacerme caer en un pozo demasiado profundo como para ver entrar la luz por ningún lado.

Al final nos acabamos quedando con lo que queremos y muchas veces nos arrinconamos y dejamos que pase lo que tenga que pasar, sin pelearlo. Mala suerte! pensamos. Y es verdad que muchas veces no podemos hacer nada. Pero ¿y las otras muchas veces que sí? ¿Estamos ya acomodados a cuando no podemos pelear y también nos conformamos?

Yo siempre pensé que no era un tío con suerte, pero de pronto ves que todo cambia. Que todas las acciones importantes van tomando por el camino de baldosas amarillas que siempre soñaste. No es que un huracán de pronto te lleven a ti y a tu maldito perro al mundo de Oz, o quizá sí. Y pensamos que la suerte nos sonríe, como si la suerte fuese una puta que eligiese a quien y cuando sonreir. Como si de algo abstracto surgiese una fuerza mágica y descontrolada que pasase por nuestro lado y nos soplara. "ahora te toca a ti" y con las mismas se va, o sigue ahí, a tu lado o mandandote crismas por navidad.

¿Existe el azar? Esa aleatoriedad que condiciona nuestro vivir y morir diario. Si nos ponemos exigentes y desde un punto de vista matemático, sí y no. Es como cuando tiramos un dado. ¿Qué determina que caiga uno u otro número? ¿la simple y llana suerte? influye el peso del dado en cada cara, eso es importante. Es un factor que podemos trucar ¿verdad? pero si no trucasemos eso. Influye la fuerza con la que lo lanzamos, la altura, la resistencia del viento, el material del que está hecho, el material también de la superficie sobre la que cae, su fricción. La posición que tenía el dado en nuestra mano y el rozamiento con esta durante el lanzamiento. Pero nos empeñamos en creer que todo depende del azar. No vemos esos numerosos factores, porque sencillamente NO PODEMOS controlarlos. Es como cuando la gente cree en uno u otro dios. Sólo porque le da las respuestas a todas las incógnitas que no conocemos, no conocen, o no se pueden dominar. Creamos entes superiores que nos lo hacen todo mucho más sencillo, y nos encomendamos a ellos y a su maliciosa voluntad.

¿Suerte dices? Yo antes creia en eso, y pensaba que la mía era de las peores. Luego pensé que había cambiado y se volvió bondadosa y complaciente. Pero si os digo la verdad, también hubo un tiempo que creía que existía un dios y también resultó ser mentira. Todos esos conceptos tan abstractos sólo sirven para que no nos planteemos nada más. Podemos asumir que no podemos gobernar una situación, pero no que es porque una fuerza incontrolable así lo decide, sino porque una serie de procesos naturales y universales (al menos terrenales) inciden en el funcionamiento de las cosas y no tenemos la precisión para dominarlos.

Yo no sé nada de las matemáticas del cosmos ni de la ciencia profunda de los seres humanos. Soy un neófito en todo lo que hago. Sólo se lo que escucho y lo que se me ocurre. No soy ninguna eminencia en nada. No me creo nadie especial ni soy juez de nada. No pretendo sentar catedra ni crear escuela. Mis intenciones están muy lejos de las de ser un líder o un mártir por ninguna causa. Pero sé que mi mente se ha liberado de los dogmas para pensar sin lacras y replantearme la vida bajo una visión propia.

La vida es algo demasiado valioso para pasarla atemorizado por religiones y deidades. Demasiado preciosa para atormentarnos y creer que es una mierda sólo porque no suceden las cosas que esperamos que sucedan. Tenemos que ser concientes de que somos un organismo y que lo que llamamos conciencia es algo que se llama así porque no tenemos ni puta idea de lo que es. Suena tan ridículo como casi todo. "Ser concientes de que la conciencia es algo inexistente" Suena totalmente a coña. No soy como Descartes. No cuestiono mi existencia ni la realidad que vemos y palpamos. Sólo cuestiono la realidad abstracta que creamos los seres humanos para sentirnos cómodos. Somos organismos, como ya decía, que respondemos a estímulos y punto. Y todo lo que hacemos lo hacemos porque creemos que puede servirnos para algo. No seamos falsos!! Somos todos unos egoistas. Yo mismo, que parece que difundo la palabra de la liberación, tan sólo lo hago para liberarme a mí mismo del peso de todas estas ideas sobre mi cabeza maltratada. El mundo puede ser mejor y todo eso. ¿Quien se lo cree? ¿Quien se lo cree cuando el peso de las decisiones que más le afectan no están más que en manos de unos cuantos? Los gobiernos son otra de esas palabras abstractas que nos dan seguridad pero sobre los que no podemos hacer nada en absoluto. Son como la suerte, como un dios. Creemos que lo vemos, tenemos fé en que está pendiente de nosotros, velando por nuestro bienestar.

Y volviendo a lo orgánico y humano. A esa conciencia de la que dudo. ¿Por qué a veces somos nosotros mismos quienes nos complicamos la vida planteándonos situaciones que alterarían nuestra comodidad? Nuestra felicidad... Si ahora que parece que lo tenemos todo, aparece algún elemento incontrolable que hace que el dado caiga por la cara que no esperábamos. Si una vez medidas la fuerza y la distancia, el viento cambia de sentido. Y resulta que el número obtenido también nos vale para hacer un siete. Incluso ya empezamos a pensar que nos beneficia más que el número que esperábamos sacar o que escondíamos bajo la manga.

Creíamos que la suerte nos sonreía pero lo que hacía realmente era reirse de nosotros. Creemos que ella es ahora quien tiene el control. Total, ¿qué somos? ¿qué poder tenemos sobre nosotros mismos? Si ahora encima va este y nos dice que nuestra conciencia no es tal, sino un cúmulo de vetetuasaberqué que tampoco podemos controlar. Debemos dejar que el azar actúe y que las cosas sigan su cauce, ¿no? ¿No es lo que está diciendo el imbécil quisquilloso este de los cojones?

En serio... ¿desde cuando me haceis caso? No hay azares ni fortunas moviendo los hilos. Sólo nosotros y el mundo. Nosotros y la química que nos controla. Nosotros y nuestros accesos de ira y de pasión. Nosotros y nuestras dudas y errores. Nosotros. O tú y él, o tú y ella, o ella y yo, o yo y él, o ellos o ellas... o nuestra conciencia, que como cualquier otro dios, no aparece cuando se le necesita, o nos hace dudar y caer en error. Nos hace obrar según sus dogmas. Nos atrapa en un angustioso tunel con una salida a cada extremo sin que sepamos cual es la correcta. Cual nos hará seguir nadando por el océano de felicidad que disfrutábamos y cual nos llevará a revolcarnos por el lodo incandescente de las entrañas de la tristeza más profunda.

Pero por encima de esa conciencia o consciencia que dicen los que hablan de santos y sacramentos. Aún por encima de esa química que jala de nosotros hacia uno u otro extremo. Por encima de los dioses primigénios, estamos nosotros. Estás tú. Y está el hacer caso a la naturaleza, a la conciencia, a las deidades o a tí mism@. Decidir sin dejar que nada ni nadie te confunda. Olvidar tus creencias, olvidar las voces que hablan dentro de tu cabeza. Ver qué podemos dominar y qué vamos a dejar en manos de ese incontrolable, abstracto y desagradecido azar.

La vida real

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Ultimamente se me han ido acumulando temas sobre los que escribir, pero en vez de desarrollar algo crítico y con sentido me limito a esperar y esperar hasta que mi única genialidad es contar las ganas que tengo de tener un gato.

Intento escribir algo con principio, final, yo que se... ¡quizá moraleja! JA, moraleja digo, como si yo tuviese alguna idea sobre moral o convicciones. No, no estoy seguro de nada, ni tengo porque estarlo. Mi capacidad para dudar se antepone a mi capacidad para razonar.

¿Alguien piensa que con este blog pretendo adoctrinar o sectarizar sobre algo? Sólo intento decir, venga, coño, piensa las cosas por tí mismo. No te conformes con lo que te cuentan, saca tus propias conclusiones. Se crítico. No te creas ni siquiera las mierdas que escribo, porque son sólo desvaríos, reflexiones que voy sacando sobre la marcha.

No escribo con un guión o un esquema de lo que voy a contar. Tengo un tema que por lo que sea se me antoja desarrollar, una serie de claves que me gustaría plantear, pero de lo que flota por mi cabeza a lo que acaba siendo esto va un mundo.

¿Qué me parece todo lo del Alakrana? ¿Y esto de la nueva ley del aborto? ¿La prohibición de minaretes en Suiza? ¿Y lo que el lider de la secta católica piensa sobre el uso del preservativo? ¡Y joder! ¡El reportaje de Intereconomía sobre este último punto!




¡Ved este video y sentid pánico! Porque lo peligroso no es que haya diversidad de opiniones. Yo respeto a quienes piensan diferente a mí, sea cual sea su credo o ideología, pero lo que no se puede es convertir una opinión o un dogma en una realidad. O mejor dicho, lo que no debemos, es tomar las opiniones como realidades indiscutibles, porque somos los "espectadores" de este país quienes tenemos la última palabra. Quienes debemos creer o no lo que nos cuentan aquí y allá.

Supongo que soy demasiado quisquilloso, pero ¿sabeis realmente lo jodido que es que tu mente no te deje descansar? Que continuamente esté sacando planteamientos y conclusiones. Que a lo más sencillo le de diferentes versiones. Que desmienta ideas que acaba de proferir un segundo después de hacerlo...

¿Por qué escribo? ¿ De dónde sale esta necesidad? Porque lo es. ¿Qué sentido tiene? Es parte de la genética, de la "mejora" de la especie. Hablar y expresarse no es sólo un entretenimiento social. ¡Estamos dando y recibiendo información! Información que creemos necesaria para otros humanos, o que nos pueden situar por encima de esos otros humanos como lider. ¿Por qué la gente cuenta sus batallitas? ¿Por qué quieren dárselas de (loquesea)? Pues por animalismo puro.

¡Y es que no podemos renegar de lo que somos! Yo, tú, él... ¡somos animales! (algunos incluso rebuznamos) con un sentimiento de superioridad peligroso y relativo. Y precisamente la única capacidad que nos distingue aparentemente de las demás especies, la de cuestionárnoslo todo, es la que menos usamos, porque nos acomodamos a lo que nos mastican los políticos y los líderes en general, sean el papa, un imán o hanna montana.

¿Somos libres? ¿En serio? Yo soy bastante libre, pero estamos sujetos a unas normas dictadas por los gobernantes que pueden o no ser las más dignas, porque condenan y restringen aspectos de la vida personal de las personas. Las leyes de comercio son otro asunto aparte, que favorecen el enriquecimiento de los más ricos y de los que se les acercan con un poder que puede inclinar la balanza de la injusticia más hacia el lado de los que tienen y dan a quienes les conviene. ¿Más claro? Pues están los bancos que financian a los partidos políticos, o las grandes empresas que hacen más de lo mismo a cambio de favores, y eso es así, fue así, y seguirá siendo así por mucho que le pese a quien le pueda pesar, porque nos seguimos conformando con lo que nos mastica esa enorrrrrrrme gallina que es el gobierno. Esa que se come el alpiste y a nosotros nos da los gusanos regurgitados.

Pero aún así, soy más libre que muchas personas. Soy más libre que esa mujer que lapidaron por llevar una falda por encima de las rodillas, o aquella otra que casi linchan en brasil en una universidad católica (tolerantes donde los haya) por llevar una falda algo más corta que la anterior. Soy más libre que la primera pareja homosexual que iba a casarse en Argentina pero que el recurso de un particular ha hecho que se invalide su matrimonio. Soy más libre que esa mujer que va a un país "primermundista" bajo la promesa de un puesto de trabajo y es forzada a prostituirse. Soy más libre que la familia que debe confesarle a un hombre con sotana todas las cosas "malas" que ha hecho, o que quien tiene que ayunar o cesar en lo que esté haciendo para humillarse en determinada dirección.

Soy más libre que los que tienen miedo a la ira divina, a los gobiernos pseudodemocráticos o al maltratador con el que conviven. Soy más libre que muchos miles de personas en el mundo. Incluso me atreveré a decir que más libre que muchos millones de personas en la tierra. ¿Pero soy realmente libre? Tan libre como el chaval al que acusaron mediáticamente de violar y asesinar a una niña de tres años para tapar una negligencia médica. Tan libre como la mujer a la que los bancos embargaron su vivienda después de que la empresa donde trabajaba decidiese que ya no la necesitaba, porque sin ella ganaría más o lo mismo. Tan libre como quien vota una vez cada cuatro años para que alguien le represente en un gobierno plagado de corrupción.

Yo sé que el terrorismo es un problema, y lamentablemente es real, pero... ¿Cuantos políticos han detenido este año y cuantos terroristas? ¿Cual es la amenaza más flagrante para la democracia? ¿Quienes la combaten desde fuera con pistolas o quienes la pudren desde dentro con sonrisas y pactos? Porque a mí, la amenaza más evidente es la de tener el enemigo "en casa". Porque nos hacemos de rejas, alarmas y candados, pero de poco sirve cerrar las puertas y dejar al klukuxklan fuera cuando tenemos dentro a alguien en quien confiamos y que con uno de los cuchillos de nuestra cocina nos deja secos en un abrir y cerrar de ojos.

En serio, no sé. Es verdad que le doy demasiadas vueltas a las cosas y no debería ¡porque soy un tío con suerte! Lo fácil sería dedicarme exclusivamente a mis aficiones y no pensar tanto en cosas que al fin y al cabo ni me van ni me vienen. Me da igual la ley del aborto, aunque no entiendo que una persona con 16 años pueda tener responsabilidad para unas cosas sí y para otras cosas no. Me da igual que la televisión norteamericana censure un beso entre dos hombres y no censure uno entre dos mujeres, vetando luego al susodicho y cambiándolo en la programación por uno que ha sido condenado por malos tratos. Me da igual, pero sea cual sea la química que se agita en mi cerebro, hace que mis manos se muevan y saquen de ahí dentro todos esos chispazos. Pero ya digo que no tendría por que hacerlo, porque cada vez más, me considero afortunado. ¡Aunque esto de la suerte lo dejo para mi próxima entrada!

Quiero un gato

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Siempre pense que en el momento que me independizase y todo eso me haría de la compañía de un gato. Son animales limpios y muy independientes. No son como un perro al que tienes que lavar, sacar al parque o tener cuidado si se queda en casa solo.

El único problema es que se te cuelguen de las cortinas, rompan algo que les llame la atención o te arañen las esquinas del sofá.

Hay quien dice que son animales ariscos y el gran tópico de "traicioneros". Bueno, no es este un blog para romper tópicos, pero no ha sido esa mi experiencia con los felinos.

Me encantaría tener un gato. Cuanto más lo pienso, más ganas tengo. Pero después del final de mis anteriores mascotas, decidí no volver a encariñarme jamás con una. Y ahora que en cierto modo ha pasado el duelo... no se. Creo que vuelvo a estar preparado. Ahora mismo hay una lucha que enfrenta lo que quiero con lo que debería, y de momento va ganando esta última. Porque debería dejarme de caprichos y ser conciente de que si vuelvo a criar un animal y encariñarme, volveré a pasarlo mal cuando se muera.

Lo que sí me he permitido tener de momento son 3 macetas. Y también hay que cuidarlas. Hay que ver que tienen agua, que reciben el sol que necesitan. Dicen que hay que hablarles y ponerles música... Y si todo eso es cierto, no soy quien para negarlo porque no he tenido nunca esa experiencia, que diferencia a los seres vivos? Las plantas que "domesticamos" necesitan unas atenciones y unos cuidados específicos. Igual que una mascota. Igual que una persona. En las relaciones sociales tenemos que estar pendientes de cubrir las necesidades de las personas que queremos que nos respondan. Debemos estar seguros de que reciben de nosotros lo que necesitan recibir de nosotros. Si eso no es así, la planta se deteriorará y morirá, el animal tres cuartos de lo mismo, y la persona, pues se irá alejando poco a poco de nosotros.

Todos tenemos unas necesidades determinadas. Las amistades y las relaciones en general van entrando y saliendo de nuestras vidas con muchísima facilidad. No es fácil cultivarlas y hacerlas crecer, pero tampoco requiere un esfuerzo constante. Muchas veces incluso nos dejamos ir en lo más sencillo. Pero es que también las personas somos demasiado estúpidas.

Si una planta no recibe su agua y su luz, empieza a mostrar síntomas de deterioro evidentes. Son una alarma de que algo no marcha, y tenemos la solución en nuestra mano. Los animales domésticos son más prácticos en este sentido. Si tienen hambre te lo van a "decir". Si necesitan cariño o tienen frío, te lo van a hacer saber. ¡Son como los bebés! pero cuando estos bebés dejan de ser animales para convertirse en seres estúpidamente racionales, llega la complejidad del asunto. Si tenemos hambre igual no lo decimos porque queremos adelgazar. Si tenemos frío, quien sabe que absurdo interés por parecer lo que no somos, nos llevará a negarlo y a decir que "estoy bien así". Y si necesitamos cariño por mil y una razones inexplicables, porque no todo tiene que serlo, el orgullo del que me siento tan orgulloso me hará encerrarme en mi caparazón y actuar con una cara de no pasa nada y padecer las inclemencias interiormente.

Aunque algunos humanos podemos ser como un gato, que si tiene frío va a buscar acurrucarse contigo, y si está triste te lo va a decir y va a buscar tu apoyo.

Es cierto que solemos rechazar a las personas depresivas, porque nos crean angustia y otra serie de sensaciones que no nos gustan, pero quizá esté en nuestra mano apoyar a esas personas, si realmente significan algo para nosotros. ¿no?

Nos hacen más felices quienes no parecen necesitar nada de nosotros y provocan nuestra risa y bienestar que quienes en un momento dado empiezan a pasarse por tu lado mendigando cariño. Como cuando vemos una persona por la calle, con algún problema psiquiátrico que hace algo que nos hace gracia. No se... molesta a otras personas, canta o se viste de forma surrealista. Pero cuando esa misma persona se dirije hacia nosotros y nos empieza a incomodar, ya no resulta tan simpática y ahora son otros quienes se rien y nuestro único afán es quitárnosla de encima.

Podemos llegar a ser incluso desagradables. Y en este ejemplo de personajes afectados y anónimos no podemos darnos cuenta, pero cuando la persona incómoda es familia o amigo, se va creando un malestar por parte de ambos que lleva a situaciones desagradables.

Pero ya no es sólo en circustancias críticas de necesidad imperiosa de algo. Sino como con las plantas. Debemos ir alimentándolas cada día. Porque si lo hacemos, no tendremos que llegar a situaciones donde prácticamente haya que resucitarlas. Con una maceta llegará un momento que tengamos que decidir si merece la pena gastar agua y recursos en que vuelva a vivir. Podremos asumir que no la hemos cuidado como debíamos o que no sabíamos la manera correcta. Lo mismo con las personas. Por culpa de ese estúpido orgullo no siempre sabemos qué debemos hacer, pero realmente, casi todos los seres vivos funcionamos con unas necesidades similares y universales.

Yo para algunas cosas soy muy dejado. Como en esto de regar. Y ya digo, tengo tres plantas en mi piso y las he trasplantado a unos recipientes de cristal con unas bolitas de esas de silicona que solo hay que regar una vez de tanto en tanto, porque me conozco y sé que no tendría la constancia para estar encima de ellas todo lo que ellas necesitarían. Aún así, me preocupo de que reciban la luz adecuada y hasta he llegado a hablarles...

Con los animales lo mismo. Me gustan los gatos porque son autosuficientes, pero en mi parte, que es darles de comer y asegurarme de que en lo que me necesitan puedo proporcionárselo, estoy ahí. No les fallo.

Con las personas, bueno. Supongo que será igual. Soy muy poco cumplido para estar llamando a la gente y preguntarles por aspectos de su vida que no puedo favorecer. Pero bueno, eso también sirve para que cuando me interese por algo de alguien, realmente sea porque me intereso, no porque socialmente deba hacerlo.

No digo que preguntarle a alguien por la salud de su familia esté mal o sea hipócrita, pero a mí no me sale hacer eso a menos que realmente me importe o piense que esa persona necesita que YO me interese por ese asunto. Pero aún siendo así, creo que nunca le he fallado a nadie. Doy más de lo que recibo, y no lo hago porque me invada ningún sentimiento residual de la educación cristiana. Lo hago porque es mi forma de ser y de actuar.

Pero nos pasa algo con todo esto, y es que hay tantas realidades como personas en el mundo. Y lo que yo haría o considero válido, no es lo mismo que tú harías o consideras válido. Lo que yo necesito no es lo que tú necesitas o lo que tú tienes disposición de darme. Lo que vale para mí, posiblemente no valga para tí. Y si nos cerramos en nosotros mismos, no podremos nunca recibir ni dar lo que puede hacer que una relación funcione, sea esta del tipo que sea. Y si llega el momento de sentarse a hablar, seguramente sea porque ya es tarde. Porque la planta esté seca o el gato se haya ido de casa y esté buscando comida en los contenedores de la esquina y abrigo en el alfeizar de otra ventana. Porque no hayamos sabido interpretar los síntomas, el tono del maullido, el color de las hojas o la intensidad de los suspiros.

La quimica de los dioses... por poner algo

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Empecé a escribir una entrada sobre la fiesta de Halloween y todo esto, pero no me dio tiempo a tenerla lista para el día en cuestión y tampoco me gustaba como me estaba quedando, así que la dejé olvidada y preferí esperar a que me surgiera otro tema.

No me ha venido a raiz de ese post abandonado, pero sí tiene algo de relación y por eso he querido introducirlo comentando eso. La famosa noche de los muertos que la gente ama, odia o tan sólo ignora. Donde unos dicen que se venera a la muerte y otros dicen que sencillamente nos reimos de ella.

Brujas, monstruos, espíritus... son seres que incluso algunas religiones fomentaban. Nos hacían creer que existían. Los demonios, enemigos de toda una cultura del miedo que amedrentaba a sus fieles. Las almas, entes que como un reflejo de lo que una vez fue un humano, vagaba para vengarse o pedir ayuda con sus lamentos.

Pero digo yo, si las emociones de las personas no son más que una conjunción de reacciones químicas. ¿De donde sacan sus emociones los fantasmas? Porque si el alma es algo incorporeo carente de elementos físicos... ¿Cómo pueden sentir, padecer y estar molestos o felices? O los fantasmas no son más que una sombra insustancial y apática, o es que todos los tratados médicos se confunden. O es que directamente no hay sustancia, por apática que pudiera ser, obviamente.

Y si los fantasmas no pueden existir ¿Por qué culturas enteras giran en torno a eso? A esa no existencia, a esa incorporeidad fantasiosa. ¿Por qué si creemos en la ciencia para tantas cosas, no creemos para las que no nos interesan? Supongo que le tenemos apego a la vida. A nuestra existencia y a la existencia de las personas a las que queremos. No somos capaces de pensar que más allá de lo que vemos, no hay absolutamente nada. Un recuerdo que no nos permite olvidar voces y caras. Una presencia vacía de momentos que no queremos olvidar, pero que perderemos cuando el difunto seamos nosotros.

Y vale que nadie puede decir lo que es verdad y lo que no, y mucho menos yo, un ignorante que lo piensa todo demasiado. Pero ¿Por qué creer lo que nos cuentan los demás? Lo que nos cuentan quienes nos dicen lo que queremos oir. Que si somos buenos seremos recompensados en la inexistencia. Que la carne resucitará y nuestros recuerdos perdidos en la podredumbre regresarán a las conexiones neurológicas de nuestro sistema nervioso. ¡O hay quien piensa que nos reencarnamos! En personas, animales o incluso objetos. ¡Casi me da pena seguir usando este quitagrapas! En absoluto.

¿Y si de verdad hay algo? Supongo que me tocará el peor destino, por incredulo infiel y descastado. ¿Pero y si de verdad no hay nada y mi entera existencia me la he pasado creyendo que debo sufrir para que lo que me espera sea mejor? Y con toda la razón, porque supongo que la nada, es mejor que padecer y lamentarse.

Ya no hablo de dioses o demonios. Pero claro, si no existe nada más allá de la muerte. ¿Para que sirve ese dios que juzga a vivos y muertos por igual? Ese tio que laza rayos y se lleva a su lado a miles de personas cada día hasta que se cansa de jugar con ellos y va buscando amiguitos nuevos.

Los dioses no tienen ningún sentido. ¿Y con qué nos aterrorizarán ahora? ¿Con que nos quitan las pensiones? La muerte existe, y no es un concepto abstracto, es el fin de la vida. Pero más allá no puedo creer en nada. Quizá cuando me toque a mí me vea flotando sobre el cosmos y diciendome: así que era esto. Flotar y flotar seculum seculorum. Porque si la eternidad es lo que mola, ¿para que vivimos? Deberiamos empezar directamente en el olimpo, el eden, o donde quiera que fuese ¿no? Pero que nos tengan que someter a una prueba constante sólo para ver qué se hace con nosotros es muy macabro. ¡Y luego vetan Saw de las salas de cine comerciales! ¿Qué pasa con los sermones en los templos comerciales? ¿Nadie veta a ese dios que le dijo a nosequien que se cargase a su propio hijo? Eso sí es apología de la violencia. Es que el dios aquel tenía unos prontos bastante malos. De hecho aún lo culpan cuando hay una gran tragedia. ¡O lo que es peor! Los manipuladores nos hacen creer que la culpa es nuestra, y que el dios, pobrecito, lo ha hecho para encauzarnos y que hagamos, al fin y al cabo, lo que el quiere.

Pero es que yo cada vez estoy más convencido de que la iglesia no miente cuando dice que ellos conocen la verdad. De hecho estoy convencido de que ellos saben con toda certeza que no hay dioses ni almas, pero que si ahora van y lo cascan, se les acabaron los palacios y los poderes sobre los sacrificados ciudadanos.

Y no quiero que parezca que ataco a la fé de las personas. ¡Cada cual es libre de creer en lo que le de la gana! De hecho creo que el ateísmo no existe. Todos tenemos algún dios. Algo que pensamos superior. Para unos es el dinero, para otros su pareja, para otros sus padres, para mi vecina del primero soy yo porque siempre aparezco cuando se le jode el TDT... y para otros su dios son ellos mismos.

¿El mío? La verdad es que no lo se. Mi eterna lucha por desvincularme de todo hacia lo que siento apego hace que no me haya planteado tener un dios propio ni acoger uno ajeno. Algo habrá, no pretendo parecer diferente, pero no recuerdo nada hacia lo que sienta fé ni devoción. O quizá la felicidad. Es abstracto, no podemos tocarlo, pero creemos que está ahí. ¡Cumple casi todos los requisitos para convertirse en una auténtica deidad! Sí, quizá ese sea el dios en el que creo. Pero claro, ahora vendrá alguien a decirme que todo eso de la felicidad, no son más que reacciones químicas en mi cerebro.

Love, Hate, Love

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Salgo un momento a la terraza del hall y observo el cielo. Esta tan oscuro como es habitual en esta fecha, a esta hora y en este lugar. No distingo la linea que lo separa del mar. Una luz anaranjada diferencia con claridad las nubes, que flotan bajas y se desprenden en trozos enormes unas de otras. El viento las mueve con rapidez. Deforma las formas que mi imaginación les va dando.

Vuelvo dentro, a la oficina. El clima parece estar cambiando y me apetece ir sacando algo de ropa de invierno. Cuando llegue a casa no, pero cuando me despierte al medio día quizá lo haga. Debería organizar mi armario. Tengo ropa que apenas me pongo, y ropa que hace tiempo que no me pongo pero que me esta apeteciendo recuperar. Supongo que es lo normal a principios de un cambio de tiempo. Esta melancolía que van trayendo el otoño y el invierno. ¡Quizá incluso sea la causa de que me haya dado por escribir tanto ultimamente! No lo se.

Voy arrastrando sueño de unos días a hoy. Apenas he estado durmiendo 4 horas, pero si duermo más no tengo tiempo para disfrutar con las cosas que quiero disfrutar. Hoy estoy deseando llegar a casa y quitarme el disfraz. El que me pongo para trabajar, quiero decir.

Todos nos disfrazamos a diario según la ocasión. Disfrazamos nuestro cuerpo en un ritual social de camuflaje. Y disfrazamos nuestros actos en un ritual social de consecución de objetivos. Nos resulta dificil mostrarnos como realmente somos. Nos resulta dificil porque realmente no sabemos por qué hacemos lo que hacemos y creemos que lo hacemos porque es lo que debemos hacer. Lo que se espera de nosotros. O porque es lo que va a hacer que consigamos aquello que pretendemos conseguir.

Es como una persona que sale a ligar un sábado por la noche. Lleva esa intención. Se disfraza para ello según donde pretenda ir. Elige una ropa, un peinado... y cuando llega al lugar donde piensa desplegar sus encantos, miente al interactuar con las personas que le interesan sociosexualmente. Y no sólo se trata de mentir, sino de desarrollar el plan preconcebido, haciendo de algo tan natural como charlar y conocer gente, un elaborado ritual donde todo está calculado.

Empiezo a pensar que las personas no se emparejan con quienes son similares a ellas por afinidad, sino por comodidad. Hay quien es capaz de cambiar su disfraz por otro parecido al de la persona que le gusta. Total, se trata sencillamente de conseguir un objetivo. Si dispones de los medios, adelante. Nadie se dará cuenta de que estas falseando la realidad. De que no te estás mostrando como eres realmente. De que te estás disfrazando y estás mintiendo en un desesperado intento para conseguir lo que quieres. Pero lo que decía de la comodidad. Si no dispones de los medios para cambiar de disfraz social fácilmente, es mucho más probable que acabes con una persona con cuyo disfraz coincidas.

Todo esto está muy relacionado con las etiquetas realmente. Intentamos convertirnos en lo que creemos que debemos ser y nos perdemos la oportunidad de conocernos y saber quien somos en realidad. No critico la capacidad camaleónica de ser incalificable, sino la falsedad de transformarnos según la ocasión para aparentar ser quien nos gustaría. ¿Pero cual es la línea que separa una cosa de la otra?

Posiblemente la manera de pasar esa línea para poder diferenciarla, son los límites. Los límites a los que se puede llevar a alguien para que se muestre como es en realidad. Que salga su animal y sus bajos instintos, como suele decirse. Si frustramos a una persona, saltará a la desesperada. Su conciencia se nublará por el fracaso y actuará como realmente es. O no es eso. No es como realmente es, sino como no desea mostrarse. Como no queremos que sea. Porque sacará la rabia acumulada, los celos, las envidias y todas esas cosas que contiene para darte su mejor sonrisa. Sacará sus deseos de venganza porque alguien habrá estropeado sus planes. Esos planes tan elaborados para los que ha tenido que maquillarse, disfrazarse, interpretar el papel que creía más apropiado para conseguir sus fines.

Sí, es eso. Si queremos ver la realidad oculta tras una persona, sólo debemos frustrar la actuación que ha estado preparando, y mostrará aquello que tanto se ha esmerado en ocultar.

Quizá entonces, si nos mostramos siempre como somos en realidad, no correremos el riesgo de que llegado el día, alguien descubra que no somos quien aparentamos ser. Nadie podrá reprocharnos el ser unos falsos o unos hipócritas interesados, porque no habremos estado participando de ningún teatro. Evitaremos sentirnos ya no frustrados, porque creo que nadie se puede librar de eso, pero sí humillados.

Sí y tienes razón. Es posible que si te comportas siempre como eres y no de acuerdo a lo que los demás esperan que seas, seas más odiado que amado, pero al menos no te amarán por quien no eres.

Y eso pasa. Cuando va cambiando el tiempo revisamos nuestros armarios y vemos lo que nos vamos a seguir poniendo y lo que se queda pequeño a nuestro lado. Cosas que adquirimos un día pensando que iban a quedarnos bien o a gustarnos pero que al tiempo empezaron a salirle defectos o simplemente nos dimos cuenta de que no era lo que queríamos. Con la ropa es más fácil, claro. No puede mentirnos ni poner cara de pena o hacerse la indignada. No intentará quedar bien delante de nadie y hacer ver que la culpa es tuya. Que tú eres quien hacía el teatro.

Pero bueno. Si no nos viene bien a nosotros, ya habrá alguien que le saque provecho, hasta que vuelva a sobrar en otro armario.

Ordenado y Simple

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Everytime you're drowning
You're sinking under water
I put my hand down to you
And pull me right under
Right under with you
And why?
Always got to do that thing
Do that thing to me
And why?
Everytime the sun is shining
It shines so bright
So bright
I cant find sky
And why?
Always got to do that thing
Do that thing to me

- Babes in Toyland - Dogg

Tenía un cassette de Babes in Toyland rulando por casa y la funda de otro, que le deje a una amiga hace demasiados años como para acordarme de que lo sigue teniendo. Ahora, milagros de la tecnología, puedo escuchar esos mismos discos en el portatil, mientras escribo esto, por ejemplo.

No pretendo convertir este en un blog sobre música, pero no puedo negar que la música ha sido y es algo importante en mi vida. Algo que quizá haya influido mi forma de ser o de pensar. Ni idea. Quizá simplemente haya sido algo que influyese mi manera de sentir. Sí... eso es más probable.

Y bueno, por circunstancias supongo, como todo en esta vida, siempre hubo un estilo musical que me apasionó, que es el que se conoce como grunge.

Ya sabeis (deberíais) que no me gusta encasillar las cosas. Los humanos tendemos a ello para sentir que tenemos cierto control, supongo. Pero a mi ese es un control que no necesito. No lo necesito porque es traicionero. Porque nos sectariza y nos limita, además de que hace que nos perdamos cosas que nos podrían enriquecer o al menos dejarnos pensar.

Sucede con la música. El grunge, de hecho, surgió en cierto modo como rechazo al heavy metal. La actitud, la presencia, el sonido... ¡todo! Pero es curioso, porque todos partían de la misma base. Tenían un pasado común, unas influencias idénticas. Verdad, es igual que las religiones o los partidos políticos. Pero todo esto crea un problema.

Si te gusta el grunge, no debe gustarte el heavy metal. ¿Y por qué no vas a poder disfrutar de una canción de ese estilo? Te lo diré: porque es lo que se supone que debes hacer.

Cuando aceptamos que nos encasillen, estamos aceptando que nos limiten. Estamos aceptando que nos censuren y nos controlen. Estamos permitiendo que nos manipulen. Es como si te dieran a elegir. En un momento de tu vida te preguntan: ¿Qué quieres ser? Decidete rápido. ¿En qué círculo social quieres moverte? ¿Cuales van a ser tus influencias musicales, ideológicas, sociales?

Pero no tenemos que tomárnoslo así. No es un venga, va. No es tampoco hoy soy esto pero mañana se supone que debo madurar y acatar otras normas. Lo que somos, lo que pensamos, nos acompañará siempre. Yo no me dejo encasillar en esa subraza que trabaja con chaqueta y corbata sólo porque trabaje con chaqueta y corbata. No permito que eso haga que deba actuar como si fuese muy adulto y muy maduro. No necesito mantener ninguna apariencia. Reniego de las etiquetas. No de que me las pongan, que al fin y al cabo me da igual, sino de autoimponérmelas, que es el riesgo. O peor aún, de colocarlas yo.

Si la gente me etiqueta es problema suyo, porque esperarán de mí determinada conducta. Creerán que conocen mis reacciones y mis respuestas. Creerán que tienen control sobre mi. Si crees que controlas algo y has errado en los matices, puedes acabar decepcionado o algo peor. Por eso no etiqueto, no clasifico, porque no quiero que me quemen esos matices. No quiero perderme en la simpleza de los mecanismos con los que pensamos que funciona todo.

Por eso, clasifícame, ponme un nombre. Usa el nombre con el que identificas a todo lo que crees que es como yo. No me importa siempre que no te lo tomes como algo personal cuando me salga por los límites de tu delimitación.

Por eso, si alguna vez nos hemos planteado ser algo, que eso no haga que dejemos de ser nosotros mismos. Porque en el momento que creamos que pertenecemos a algo que a su vez nos pertenece, estaremos dejando de ser libres. Estaremos entrando de cabeza en una secta, en un pensamiento global que adquiriremos creyendo que es lo correcto. Y quizá nos sirva para llevar una vida ordenada y simple, pero también para convertirnos en personas ordenadas y simples. En engranajes perfectos para esta maquinaria que hace que, aparentemente, funcione todo.

Guerra... o no...

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Tenia escrito un post sobre berlusconi (en minusculas) hablando sobre la mentira, la doble moral, la hipocresia del poder y todos esos sinónimos gubernamentales, pero después de redactarlo, me di cuenta de lo increiblemente fácil que resulta criticar a personajes de su talla. Quizá por eso no me gusta personalizar mis críticas, porque si jugamos un poco con los anonimatos, se hacen más generales y podemos ver cada uno la realidad que más se ajuste a nuestra experiencia. ¿O no?

El caso es que me ha parecido una entrada tan fácil y tan obvia que he preferido no publicarla. Pero tampoco quiero dejar de lado todo esto de la mentira del poder y tal.

No me ha molestado hoy especialmente cuando he sacado un café en el trabajo (soy de esos que también trabajan en domingo sin ser cura) y no ha salido azucar. He movido el brebaje automáticamente y he tirado la cucharilla de plástico a la papelera, como hago siempre. Después, el primer y amargo sorbo. Pero como ya digo, no me ha importado mucho. Últimamente me resulta demasiado empalagoso el cafe y poco a poco iba reduciendo la dosis de azúcar que salía de la máquina. No ha supuesto ningún drama.

¡Hay otros dramas que atender en este mundo! Y no podemos esperar a que lo haga don fetuchini berlusconi (sin animo de ofender a sus conciudadanos)

Hace poco fallecía otro militar español en Afganistan. Lamentable, como cualquier víctima de un conflicto bélico. Moría por una acción violenta, un atentado, o como quieran llamarlo. Porque pueden llamarlo de cualquier manera, pero nunca dirán que es una guerra.

Los políticos se pierden en etimologías y semánticas. Porque su poder es la oratoria, y la palabra es en lo que se basa. Y por no usar una palabra, usan otras que vienen a significar lo mismo. No importa si la misión es de paz. Ya lo decía... ¿un militar?

"si vis pacem para bellum"

Si quieres la paz, prepara la guerra. Y así es. Las misiones de paz, esas en las que hay personas armadas, que entran en conflicto unas con otras, donde hay riesgo de muerte violenta a manos de manos violentas, son guerras. Y aunque queramos llamarlas "paseo por el parque en una tarde de abril" como si se tratase de un cuadro impresionista, no dejarán de ser lo mismo. Yo puedo tener un perro que se llame trueno, pero no dejará de ser un perro.

Y tras la noticia de la muerte del militar, más noticias de corrupción política. Fulanito se lleva el dinero de su ayuntamiento, a sotanito le hacen una sotana con botones de oro y a menganito lo han vuelto a pillar gastándose el dinero en los burdeles que no debía. ¡Pero no pasa nada! Porque igual que la guerra no era guerra, ¡esto tampoco es corrupción! Resulta que se llama algo así como "casos aislados"

¡Y se atreven a llamar a la 'gripe A' pandemia! Podríamos ver una gráfica de cuantos casos de una y otra enfermedad se han dado a lo largo del año. La corrupción es la auténtica pandemia aquí y la gripe A los casos aislados en los que insisten. Pero es que es muy fácil pintar las palabras con el color que queremos. Es como cuando escribes azúl en rojo. Es fácil confundir y engañar a nuestros cerebros primitivos. Es tan fácil como criticar a berlusconi. Tan fácil como llamar misiones de paz a las guerras. Tan fácil como destapar un caso de corrupción en un ayuntamiento de España.

Y de nuevo todos caemos en la doble moral, cuando las noticias anuncian a bombo y platillo que el insurgente que organizó el atentado/ataque/asesinatoalfinyalcabo del soldado español, ha sido abatido bajo el fuego aliado y nos alegramos, congratulamos y celebramos la grandiosidad de la nación que es capaz de hacer justicia con el ojo por ojo, los mismos que nos echamos las manos a la cabeza con la pena de muerte.

Porque la venganza, supongo, es natural, aunque sólo alivie a los que no hemos perdido nada en el camino, porque de poco consuelo le servirá a la madre del soldado español o a la madre del militar extranjero.

Somos unos malditos hipócritas, que damos a cada cosa el valor que creemos que merece según nos beneficia y según nos hace sentir, aplicando a situaciones idénticas, medidas opuestas. Somos incapaces de ser objetivos, de admitir los errores, de reconocer el daño. Nos creemos el cúlmen de la evolución animal cuando nos hemos convertido en la peor expresión de la misma. Tenemos una habilidad innata para engañar y mentir y sacar el máximo beneficio personal. La facilidad de tergiversar las palabras y los hechos para convertir un proyectil que viene contra nosotros en un proyectil aún más potente lanzado por nosotros. Los seres humanos somos despreciablemente dañinos para nuestra propia especie y para cualquier otra. Los conflictos armados son el peor reflejo de nuestras frustaciones. O lo que es más, de las frustraciones de los dirigentes, que no gestores, de una sociedad autómata y temerosa.

Por desgracia, nos estamos acostumbrando a esto y cuando ocurren hechos que deberían revolvernos de nuestros asientos, los miramos asqueados, como un café demasiado empalagoso al que le vamos quitando poco a poco el azúcar. Hasta que un día sale de la máquina sin nada de esta, y nos da igual.

Regreso de Alice in Chains! entre otras cosas...

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Vale, supongo que no son lo mismo que hace 15 o 20 años, pero tal y como esta el panorama musical hoy dia, a uno siempre le alegra que un grupo mítico (que lo son) saque disco de estudio despues de 13 o 14 años de recopilatorios insípidos. Y el disco está bien, para que negarlo. Siguen sonando a ellos mismos a pesar de las pérdidas... y es que lamentablemente las drogas han estado siempre muy ligadas a los personajes que nos han dado grandes genialidades artísticas.

Supongo que uno tiene que tener algo dentro que le impulse a escribir. Es como cuando cae un insecto en tu vaso de zumo y cogemos la cucharilla, o directamente metemos el dedo para sacarlo de allí. Cuando lo hacemos sentimos tranquilidad, satisfacción... aunque a veces acabemos vaciando el vaso por completo.

Quizá ese es el papel que juega la droga. Juega contra aquellos que no consiguen sentirse satisfechos y creen que deben vaciar el vaso. Sacar todo su jugo y flotar tras de una dosis de "matahina". Sólo así se liberan de sí mismos, de sus miedos, de sus responsabilidades, de su rechazo al compromiso. Sólo así huyen de la obligación que les persigue por no poder conformarse con ver las cosas como nos las pintan.

Naaa, no intento justificarles. Las drogas son para los débiles, para hacerse aún más débiles. Y la música, la prodicción musical me refiero, sea la antesala de una maraña de pensamientos que se expanden como un tumor y se terminan haciendo demasiado peligrosos.

No lo sé. Cuando más creo que sé, más ignorante me siento. Hay tanto que doy por hecho y tanto con lo que no puedo tragar que me aterra volverme un conspiracionista, pero a la vez me parece tan evidente lo que veo en los medios, en las personas... es tan evidente...

Los seres humanos somos tan estúpidos... ya no es lo que se dice que no aprendemos de los errores, blablabla. Es que somos incapaces de evolucionar. Nos empeñamos en que las revoluciones sean violentos cambios de poder. Hacemos jaque mate después de haber sacrificado a todos los peones.

¡Los voluntariosos peones!

Que se empujan unos a otros al sacrificio inevitable. ¡Innecesario!

No es la manera. Lo vemos en Honduras por ejemplo. Vemos un presidente democrático y dictatorial derrocado por metodos ajusticiables, y otro lider en un poder temporal y atemporal. Vemos también al pueblo enfrentandose en apoyo a uno y otro lider... ¡como si les debieran algo! Como si el tio del sombrero y del bigote fuera un heroe. Los heroes no promueven revueltas violentas ni enfrentamientos mortales entre hermanos y familiares. Los heroes no se empeñan en mantener el poder cuando se supone que lo que persiguen es una buena gestión del patrimonio y de la "patria". ¿Qué heroes son esos? ¿Qué líderes? Son reyes de un ajedrez que mientras los peones se matan, ellos se ocultan tras la torre.

Pero el pueblo ¿Qué papel tiene? ¿Es que no debe rebelarse contra un golpe de estado? ¿Acaso debe acatar? El pueblo debe unirse por lo que considere justo para el pueblo y atacar, pero desde el intelectualismo, desde el apoyo internacional, sin favorecer a líderes megalómanos. No están ahí para salvarnos de nada. No tenemos que creernos los enemigos de los políticos, porque así es como nos dominan, erigiéndose salvadores de los miedos que ellos mismos siembran y riegan. Así es como consiguen que la gente se mate defendiendo honores y poderes que no les atañen.

¿Qué papel tenemos nosotros en todo esto de "salvar al mundo"? ¿Qué papel tiene la música por ejemplo? Lo que sé es que cuanto más alejados estemos de la trama publicitaria y económica que hay detrás de todo, más dificil será que lo que hagamos sirva para algo, pero al menos, lo estaremos haciendo con más libertad.

En serio, si os gusta el rock pesado, el grunge y todos esos sonidos de principios de los noventa, escuchad el último disco de Alice in Chains. Me lo compraría si no costase casi 20 €uros. Prometo escribir un nuevo post antes de 14 años.

a kien le importa?

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Que los partidos políticos son empresas, creo que es algo que he dicho ya muchas veces. Quien trabaje para una gran empresa, sabe que el 90% de su éxito es la imagen que proyecta. La apariencia de que todo funciona a las mil maravillas, que los errores se atajan rápido y que para cada problema hay una solución inmediata o los máximos esfuerzos y recursos dedicados a ello.

MENTIRA. Y no porque no sea posible, sino porque es más fácil decir las cosas que hacerlas. Y también es más cómodo dejar que el cliente se olvide de su historia y entretenerlo con otras cosas. ¡Incluso puedes invitarle a un refresco y darle una conversación amable y lo tendrás pensando lo genial que eres!

En ocasiones uno da con un trabajador que no sólo busca lo mejor para su empresa, sino que piensa que lo mejor para su empresa muchas veces es darle al cliente lo que realmente necesita, porque conseguirá un cliente feliz que volverá de mejor humor a hacer uso de nuestros productos o servicios.

Pero eso es sólo, como ya he dicho, en ocasiones...

Lo habitual es poner una sonrisa, quitarle hierro al asunto y decir que se hará todo lo posible. Mientras se invita al cliente a tomar algo, a probar otro producto o simplemente se le ignora porque es un caso aislado. ¡La manzana podrida en una cesta repleta de jugosa fruta!

Y así es como funciona este país. Una gran empresa plagada de "pymes" Y digo lo de grande por la cantidad de dinero que mueve y los más de 40 millones de clientes potenciales que la sufren, no porque haga bien las cosas.

Se dice que el paro baja, cuando lo único que se hace es engordar las listas de "reempleados" con gente que hace cursos o sustituciones y contrataciones de 10 y 15 días. Se dice que se va a ayudar a quien no tiene nada y se fijan unos requisitos que apenas pueden cumplirse.

Luego va una señora con problemas de movilidad a tomar un vuelo y le obligan a pagar billete para su silla de ruedas, y todos tan contentos, porque así es como funciona el sistema. Nos conformamos con indignarnos y esperar a que alguien lo solucione, porque pensamos y sabemos que no está en nuestra mano.

Quizá venga el director de esa empresa, o alguno de sus subalternos y de una solución que calme conciencias y discusiones de ascensor. Quizá sólo baste con que diga que están trabajando porque algo así no vuelva a producirse, y de repetirse, dirán que es un caso aislado que ha escapado al exhaustivo control al que se somete.

A diario leo veo y escucho cosas que me joden. Y bueno, no es por empatía, es sencillamente porque creo que podríamos hacer de este país y de este planeta un lugar más habitable, pero lo frenan nuestros instintos incontrolados, la enferma infantilidad de los poderosos... No es necesario siquiera ni tener afecto por las personas para intentar, dentro de las posibilidades individuales de cada ciudadano, facilitarle cualquier cosa que a esa persona pueda serle importante.

A mi, gente que me conoce bien me ha llegado a decir que yo no quiero a nadie. No es del todo cierto, aunque sí que tiene su parte de verdad, porque hay gente que se consideran cercanas a mí, que me importa una mierda si salen o entran de mi vida. La inmensa mayoría de las personas que circulan por mi día a día, son prescindibles, pero sin embargo intento hacerles las cosas más fáciles cuando estoy con ellas, porque creo que es de sentido común. Y si puedo ayudarlas, lo hago sin caer en falsedades ni martirios. No lo hago por estupidos cumplidos sociales, sino porque está en mi mano y no me cuesta ningún trabajo.

No es cierto que no quiera a nadie. Pero sí es cierto que no necesito sentir cariño ni lástima para echar una mano si creo que alguien la necesita. Y no soy más bueno que nadie. Ni lo hago porque espere ir al cielo, al paraiso de los majadmajandas ni ke el karma me lo devuelva convertido en 200 millones de euros.

Pero no sólo podemos hacer un mundo mejor ayudando a nuestros conciudadanos con tareas que no nos supongan esfuerzo ni implicación, sino que podemos ayudarnos a nosotros mismos siendo conscientes de la realidad en que vivimos. Sin dejarnos cegar ni comprar por propaganda barata, por regalos miserables, por espectaculo y leones.

No estoy diciendo que no haya que disfrutar de las opciones de ocio que tenemos en esta vida. Al contrario, estoy diciendo que debemos disfrutar la vida haciendo lo que queramos, pero que no dejemos que eso nos ciegue, o que permita que las empresas políticas se burlen de nosotros. Que seamos conscientes de que otra sociedad es posible cuando todos nos despertemos de este engaño y reivindiquemos una gestión eficaz sin manipulaciones ni mentiras.

No critico a las personas, critico nuestra incapacidad para ver por encima de nuestros problemas, nuestra inutilidad para darnos cuenta de las tramas y corruptelas que nos rodean y perjudican. Nuestro MIEDO.

Por eso este blog se llama así, y este post también, porque realmente, ¿a kien le importa algo de esto? Yo mismo tengo un puesto de trabajo acomodado. Poco a poco me he ido labrando una vida en la que no necesito reivindicar nada, porque estoy instalado en el sistema al que critico. No soy ningún inadaptado, pero pienso que las cosas podrían funcionar mucho mejor sólo si hubiese voluntad. Sólo si el conocimiento de los ciudadanos fuese en más de un 5o% de los mismos, superior al de las mentes gobernantes. Sólo si tomasemos conciencia de lo que de verdad importa y perdiesemos el miedo a exigir y reivindicar legitimamente lo que es justo y de bien.

Por eso creo que voy a dar por concluido a kien le importa por un tiempo como blog crítico y reivindicativo, porque realmente es cierto que todo esto importa más bien poco. Porque no importa lo que nos mangoneen, mientan o escupan a la cara mientras sigamos teniendo nuevos canales de televisión y nos sigan tratando con una sonrisa o nos inviten de vez en cuando a un refresco.

Hasta la próxima.


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Sin título

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Conducir hacia una puesta de sol atravesando un puente, escuchando Alice in Chains. Tirarme en el cesped al lado de la piscina y mirar el contraste entre el cielo y las hojas de los árboles que quedan sobre mí. Que suene Famous Blue Raincoat mientras me afeito, y no tarde más en afeitarme de lo que dura la canción. Tener una conversación de esas que va evolucionando y en la que me pueda reir. Reirme de mí mismo, como siempre hago antes de empezar a reirme de todos los demás. Que me venga la inspiración y me deje escribir o componer algo que me deje sacar los demonios, aunque sólo sea para que meen.

Soy un tio que va de frente. Cuando algo no me gusta lo digo y punto. A veces tengo que callarme en según que momentos sólo por entrar en este ridículo juego social de falsas cordialidades. Pero al margen, siempre he sido bastante claro con lo que pensaba en cada momento, sabiendo que podía estar equivocado o no. Puedo parecer complejo y quizá lo sea, pero al mismo tiempo soy una persona bastante sencilla. Me divierten y me hacen sentir bien cosas que otras personas pasarían por alto. No necesito sentir que soy mejor que nadie para ser feliz. No tengo esos sueños de grandeza.

Me siento cada vez más alejado de la gran masa. No digo que eso sea bueno o malo, porque no lo sé. A veces incluso intento dejarme llevar por esos sentimientos colectivos, pero no lo consigo. Por ejemplo, que sé yo. En el 2001 fui a Madrid a ver uno de los grupos que más me gusta escuchar, Cranberries. Nunca había entendido muy bien el fenómeno fan y todo eso. Me gusta su música, me gusta la actitud de la cantante y el grupo en el escenario y me encanta su voz. Fui a verlos y traté de unirme a esa masa que quiere estar en la primera fila, lanzándole regalos y diciendole lo guapa que es y lo que la aman entre sollozos y sudor. Estuve esperando a una distancia prudencial hasta sentirme contagiado por eso y poder formar parte... pero no. No me salió. Me lo pasé genial en el concierto, salté y canté como el que más, pero no me salía esa histeria.

No digo que yo sea el único diferente, el único que actúe así, pero si con algo que me gusta tanto no me sale el fanatismo, ¿con qué podría hacerlo? Pienso que quizá me este perdiendo algo por no poder comportarme de ese modo. No sé, sentimientos, sensaciones... ¿No he encontrado nada que me haga sentir esa locura y esa complicidad con un grupo social numeroso? ¿Lo encontraré? Tampoco es que me preocupe mucho, la verdad. Pero ¿qué es? ¿apatía? No soy alguien apático. Disfruto de cosas que carecen del interés general. No soy tampoco un misántropo. Me gusta la gente, me gusta una vanidad leve en las personas. Puedo sentir asco por algunas personas, lástima por otras y alegrarme por otras a las que apenas conozco. Incluso puedo llegar a preocuparme por personas a las que me cruzo en un momento por la calle sin conocerlas de nada. Tengo cierto modo de empatía.

A veces parezco despreocupado. Doy una sensación de que me da igual todo, pero tampoco es cierto. Y algo que me frustra es que pienso que soy claro con las personas, pero muchas veces piensan que escondo dobles intenciones y que actúo con maldad. No soy ningún santo, pero se me atribuyen cosas que ni han pasado por mi cabeza. Y eso que soy de los de atar todos los cabos, meditar todas las respuestas a todos los estímulos. Pero me acaban culpando en ocasiones por las cosas que se me escapan.

No, no soy ningún santo. Me río de cosas que quizá podrían hacer estremecer a otra persona. Soy políticamente muy incorrecto a pesar de mi diplomacia. No soy ningún santo porque no me gustan los planteamientos del bien y del mal que hacen quienes adoran a los santos, aunque coincida en muchos puntos, pero no son para mí una doctrina ni un mandamiento. No espero ir a ningún cielo ni a ningún infierno y tampoco me importa. ¡La salvación o la condenacion eterna! Si tal cosa existiese, el infierno estaría lleno de sacerdotes infieles a sus propios preceptos.

Me gusta subir la persiana cuando me levanto y ver que ha llovido y que puede volver a hacerlo.

¿Qué nos pasa a los humanos? ¿Por qué tenemos que intentar tener un pensamiento global? ¿Por qué no somos capaces de fomentar un individualismo cooperativo? ¿Por qué nos empeñamos en sectarizarnos y diferenciarnos por colores, religiones y sexos? ¿Por qué en nuestra necedad pensamos que a lo que nosotros pertenecemos es a lo mejor? O peor aún cuando pensamos que somos lo mejor dentro de lo peor. Pero no os equivoqueis. ¿Veis? Me volveis a malinterpretar. Yo no pretendo decir que estoy por encima de estos comportamientos ni que soy mejor que nadie. Yo sólo reivindico un individualismo responsable. Ni siquiera se si yo soy como reivindico o no. Seguramente una sociedad llena de personas como yo sería insostenible y un auténtico coñazo. Nunca he reivindicado eso. Siempre reivindico que el individuo sea como quiere ser, pero que tenga capacidad crítica para darse cuenta de cuando está siento manipulado por cuanto le rodea. No digo que yo sea mejor que nadie. Simplemente digo, que no necesito serlo para sentirme bien porque hay otras cosas que llenan mi vida más allá del animalismo de dominar y del reconocimiento social.

¿Qué cosas os hacen felices? ¿Qué situaciones os hacen sentir bien? ¿Qué os hace poder escapar de las imposiciones ideológicas y simplemente os permite estar bien con vosotros mismos?

"Tus ojos son muy poderosos.
Intentan tullirme.
Pones toda tu fuerza
en tus ojos

porque no sabes lo que hay que hacer
para ser un héroe.

Te has confundido de ideal.
No es un héroe,
sino un tirano
lo que aspiras a ser.
Es por eso por lo que la debilidad
es tu cualidad más atractiva.

No tengo planes para ti.
Tus peligrosos ojos negros
se clavan en la chica más cercana
o en el espejo más próximo
mientras vas esperanzado
de profesión en profesión."

- Leonard Cohen - La energía de los esclavos

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Lo Natural

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Cuando las personas tienen un deseo sexual insatisfecho... ¿no os da la sensacion de que se idiotizan un poco? No estoy insultando a nadie, es sólo que la naturaleza se abre paso y el organismo no responde del mismo modo. Los pensamientos se evaden y degeneran, cerrandole la puerta a la creatividad, a la productividad y a la inteligencia.

No digo que haya que pasarse el día procreando ni recreandose, para nada. Sólo hablo de lo que es supuestamente natural y que si se contiene, nos primitiviza a través de no sé qué extrañas reacciones químicas.

Por tanto, podríamos decir que las personas que contienen su deseo sexual pierden en cierta medida su voluntad. ¿No? Y si al hecho de satisfacer el deseo sexual le añadimos un sentimiento de culpa o un castigo, tendremos una piara de insatisfechos y obedientes ciudadanos.

También podemos decir claramente que la "autoimposición" o la "imposición aceptada" de no satisfacer este deseo, es algo antinatura, puesto que va contra la naturaleza de los seres vivos. ¿O no es asi? ¿No es un instinto natural el tener relaciones sexuales sólo por la gratificación que produce? Más allá del interés de perpetuar la especie y todas esas cosas que atribuyen a animales a los que desproveen de toda conciencia.

Por tanto, si los animales no tienen conciencia de si mismos, no pueden tener conciencia de que mantienen relaciones para procrear y pimpampum. Disfrutan del sexo por eso mismo, por el mero disfrute, por el "premio" final.

Bueno, tenemos animales que disfrutan del sexo sin ningún fin. Cualquier agujero es válido, cualquier pierna, cualquier objeto con el que frotarse. ¡Lo vemos a diario! ¡Los perros no se refriegan por las piernas de los invitados para procrear! Así que, la masturbación es natural, y prohibirla es antinatural.

Seguimos atando cabos. ¿Porque cual es el argumento que esgrimen los más fanáticos represores para rechazar de lleno la homosexualidad? ¡Dicen que es antinatural! Y del mismo modo, promueven comportamientos antinaturales relacionados con el deseo sexual. Y todo esto forma parte de un mismo plan, que es el de controlar las masas. Cualquier experto en sectas podría ilustrarnos mejor, pero de momento nos quedaremos con estas ideas que intento expresar torpemente.

¿Entonces qué es lo que pasa? Lo que sucede es que nuestra sociedad ha crecido bajo el mandato de un sistema controlador y sectario. Hemos sido educados en el bien y el mal, donde el mal no es ni mas ni menos lo que nos hace poder ser criticos con lo que se considera bien. Disfrazados bajo un manto de respetabilidad y libertad a medias, se han ido colando lobos que han devorado nuestras voluntades y nuestra capacidad de ser críticos.

Bajo ese mismo modelo, se han dado por no validas a las personas con diferentes opciones sexuales. Se ha hecho mofa de ellas y se les ha considerado inferiores. Basándose en ridículos argumentos, aún hoy en día hay quien piensa, desde su rechazo, que la homosexualidad puede curarse, pero lo único cierto, es que no existe ningun caso donde haya sido así. El auténtico tratamiento efectivo es el que se aplica contra la homofobia. ¡Eso si se puede curar! porque es lo único que es realmente una enfermedad.

Pero todo esto únicamente alimenta ese instinto del que tanto hablo, el del dominio del más fuerte, para lo cual hay que crear clichés y catalogar a las personas según diferentes conceptos para que haya fuertes y débiles. Considerar a alguien inferior socialmente, hace que los que no son superiores en nada, se lo crean.

Pero me aburre ya el mismo discurso de fuertes y débiles. Simplemente quiero decir que es algo social, no real. Que los más débiles en apariencia son quienes anteponen su conciencia y su capacidad de criticar, a los tópicos preestablecidos y al comportamiento más animal de las personas. Y quien se considera más fuerte, es precisamente quien por su ignorancia o interés, entra en el juego de cataloguización ancestral en el que se fundamenta nuestra sociedad.

Quizá por eso en un principio fuese una buena idea todo el tema del orgullo gay, salir a las calles y demostrar que es una opción numerosa. Pero bajo mi punto de vista, fallan las formas. Se da a entender la idea de que la gente homosexual tiene un comportamiento determinado. Se están potenciando los clichés y las diferencias. Cuando un colectivo tiende a la igualdad y la normalización, un dia y una fiesta exhibicionista de orgullo sobra. ¡Eso no es normalizar nada! Y se que estoy siendo politicamente incorrecto, pero es porque con mis argumentos actuales, a falta de que me los rebatan o algo me haga cambiarlos, es la idea que tengo. No existe un maldito día del orgullo heterosexual, porque se supone que es la opción normal. Entonces, ¿para que un día del orgullo gay? Si se pretende hacer la justicia de dejar claro que es una opción tan válida como la socialmente aceptada.

La gente no necesita decir con quien se acuesta ni con quien se levanta. Simplemente hay que admitir que hay opciones sexuales variadas, respetar eso igual que respetas al resto de la humanidad. Simplemente no celebrar una fiesta de orgullo, sino ser como cada uno es y respetar que los demás sean como son. Qque las normas de funcionamiento de esta sociedad no son inamovibles, porque si lo fueran, señoras y señores, eso querría decir que estamos viviendo en una sociedad perfecta e ideal. ¿Os parece que eso es así?

Eso... lo otro... lo de mas alla...

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Reconozco que en esto de la musica tengo gustos bastante personales... puedo escuchar casi de todo, pero la mayoria de las cosas que me apasionan no son del gusto comun. Tambien hay temporadas que me da por un estilo y punto y no soporto escuchar otra cosa, y otros momentos en los que me convierto en Samu FM y me paso el dia cantando hasta los politonos mas cutres del anuncio mas nocivo.

Y me da igual, me gusta escuchar lo que escucho cuando lo escucho, aunque no siempre. Quiza pueda ser un poco contradictorio. No aborrezco un grupo o una cancion por escucharlo demasiado (me refiero de lo que me suele gustar, porque luego hay temas comerciales que cansan a las 2 veces) pero si hago pausas obligatorias, porque mi quimica me pide estimulos diferentes.

Por cosas asi empiezo a dejar de pensar en los principios. Yo siempre he tratado de ser muy consecuente con todo. No es que no tenga unos principios o una moral, pero creo que tampoco son muy necesarios si somos consecuentes. Vivimos en una sociedad que desde antaño ha ido marcando el pensamiento de las generaciones venideras. Definiendo el bien y el mal y soltandonos en medio de luchas de poder absurdas y completamente hipocritas.

Aquellos que defienden el no mataran se ceban asaltando y desangrando "infieles" por el bien de un algo al que nunca han visto pero en el que creen ciegamente por las promesas que les hace de un mundo mejor, de una eternidad feliz y plena. Ojo, esto no es un canto al ateismo, cada cual es libre de creer, de tener su fe en su lo que sea, pero si haceis esto, sed consecuentes. No creais en algo por tradicion o por imposicion, sino porque personalmente lo creais, porque hayais sido criticos y hayais podido ver que es lo que quereis ser.

La religion ha sido una parte mas de la lucha por el poder, enmascarada de un intento infantil de dar explicacion a los fenomenos mas diversos. Quiza la idea inicial fuera buena, ¿pero que de bueno hay hoy dia en cerrarse a dogmas y enseñanzas ancestrales? ¿En defender una idea de bien y mal, fuerte y debil que ha condicionado a nuestra especie hoy dia hasta el punto de que haya vencedores y vencidos cada dia en cada campo de esta sociedad?

Se atribuye a la razon que podamos reconocer lo que es correcto y lo que no, ¿pero a que podemos atribuir que teniendo el poder excepcional del razonamiento, sigamos tan cerrados en nuestro instinto animal de dominio del mas fuerte? ¿Estamos haciendo una sociedad mejor? ¿mas preparada?

No estoy "sentando catedra" mi monologo no es una clase magistral de lo que debemos o no debemos hacer, sino pensamientos en "voz alta" que a uno le puede hacer sacar una conclusion y a otro otra completamente opuesta. Lo importante es que podamos sacar algo o al menos perder unos minutos pensando.

El tema es que mientras seguimos haciendo caso a nuestros instintos mas basicos de dominio del mas fuerte, se supone que vamos mejorando nuestra especie para la lucha contra todas las demas, pero... ¿es esto apropiado en la realidad mundial que vivimos? ¿Es buena la competitividad mas basica en una sociedad en la que perseguimos la igualdad entre los individuos y la integracion de los debiles y de las minorias?

Si tenemos cabeza (maldita cabeza) para reprimir conductas o necesidades sexuales, ¿por que no la hemos tenido para reprimir la superioridad y la sumision? Ahora que somos seres "inteligentes" que perseguimos todas esas bondades y libertades para crear un mundo mejor... ¿por que no nos esforzamos en hacerlo?

Supongo que es seductor tener poder, ser reconocido, alcanzar la fama en lo que se nos da bien y evolucionar socialmente. Habra quien piense que sin la competitividad no habria avances cientificos, sociales, etc. Pero ¿como lo sabemos? Los seres humanos necesitamos coperar entre nosotros para alcanzar las metas mas dificiles. Podemos hacerlo sin necesitar la recompensa del reconocimiento, ¿o no? Podemos hacerlo sin tener que jugarnoslo a felicidad o frustracion. Quiza de ese modo, mas individuos podrian colaborar sin temor a ser objeto de burla. Todos podriamos aportar nuestro algo.

Pero somos demasiado idiotas, demasiado sectarios. Necesitamos lideres, necesitamos pertenecer a algo. Tenemos miedo a ser realmente individuos y perseguimos el apoyo de nuestros semejantes mas semejantes. Para eso nos disfrazamos. Por eso no nos atrevemos a exhibirnos de una manera si no vemos que hay un grupo mas o menos mayoritario que ya lo hace y podemos darnos cuenta, que los grupos mas numerosos, son los que cuentan en sus filas, con los individuos mas debiles.

Martires

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¿Tienen los martires una "doble moral"? Esa necesidad malsana de cargar con la culpa y el dolor. ¿Realmente les satisface? ¿Es en algun extremo necesaria?

Sentirse imprescindible y hacerse victima obligada de las consecuencias... ¿Para que? ¿Para ganarse un cielo inexistente? ¿Para parecer, en su debilidad, el mas fuerte de la manada?

No comprendo a los martires, pero hay tantas cosas que no entiendo que a esta nunca le habia prestado especial atencion. Pero si ya me resultan odiosamente incomprensibles los martires, mas odiosos me resultan sin duda los falsos martires. Esos que te ponen el cianuro en el vaso y luego hacen como que se lo beben para salvarte de una muerte segura, pero claro, a ellos y ellas no les afecta el veneno, porque sale de sus lenguas y de sus manos.

¡Huye! Huye de la gente imprescindible y compasiva, de la que amenaza con autolesionarse, de la que siempre aparece en el problema mas bizarro para sacarte de el. Quien intercede por ti ante los matones que minutos antes hablaban con ella en la sombra. De quien te hace reir despues que alguien a quien lo ha pedido, te haya hecho llorar.

Y tambien huye de los martires. Yo desconfiaria de esas personas que son capaces de clavarse en una cruz o de comer cristales para que no los comas tu. Casi incluso de los que dejan su chaqueta en el suelo para que no pises un charco, o para que no veas la profundidad del mismo.

No confundas martires con buenas personas, porque son especies que persiguen intereses muy distintos. De hecho, ¡una de ellas no persigue ninguno! y la otra te persigue a ti.

La religion esta llena de martires. De seres que entregaron parte de lo que eran para que los demas, supuestamente, vieran la grandeza de los motivos de su dios. (hablar de razones cuando se habla de religion, es casi un sacrilegio... em... ¿dije sacrilegio? queria decir... emmm... una paradoja)

No critico las fes, las creencias personales y los rituales ancestrales que siguen manteniendo y que a mucha gente les da paz. No critico a las religiones ni a sus figuras. Critico al sectarismo que las rodea, a las jerarquias y a las figuras de autoridad tan cuestionables que abren sus brazos para ganar poder acogiendo al mas necesitado. ¿Necesitado de que?

Necesitado quiza, de creer que hay alguien que puede dar su vida por el.

No, no consigo entender porque hay martires y porque hay quien los glorifica... Aunque quiza ahi este la respuesta. ¡Hay martires porque hay quien los glorifica! Hay martires que nos da la historia a traves de las manipulaciones interesadas, en pro de una causa, y hay "automartires" que dicen luchar por lo que sea, pero que solo buscan grandeza.

Esto es... ¿debemos pues, cuestionarnos a los martires que tenemos ahora nadando en nuestra memoria? Mi respuesta es si. ¡Pero es que yo soy uno de esos individuos que se lo cuestionan todo!

Ahora quiza deberia hacer un esquema de todo lo que he ido anotando aqui para sacar alguna conclusion, pero me da una pereza terrible, porque ademas no veo orden ni concierto en esta maraña de ideas que han salido hoy desperdigadas como la metralla.

Que cada uno se quede con lo que le pertenezca.

Crazy...

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Habia empezado a escribir un post sobre el sectarismo politico, pero entre otras cosas, me estaba pareciendo demasiado didactico. Estaba obsesionandome con expresar mis ideas de forma ordenada, y con eso pierde toda la naturalidad. No me gusta que lo que digo quede claro como una leccion de historia con datos y fechas. Prefiero formar un desorden donde cada uno encuentre algo que le sirva. Algo asi como un cajon lleno de ropa donde cada persona puede ver algo de su talla o de su estilo.

Por circunstancias (que es como sucede todo en esta vida) he tenido ocasion de hablar con varias personas con trastornos psiquicos de menor y mayor medida. Personas con una vida hecha, una familia formada, un trabajo de responsabilidad y categoria, y tambien personas con una existencia destrozada por las drogas y derivadas a la indigencia mas destructiva. No se que puede llevar a estos individuos en algunas ocasiones a perder la razon. Hay quien teme a los "locos" por ese instinto de supervivencia que nos hace rechazar y temer lo diferente. Pero quiza sea ese miedo el que nos convierta en aquello a lo que tememos.

¿Realmente podriais afirmar con total seguridad que hariais y que no hariais en esta vida? Tan solo podeis afirmar lo que habeis y no habeis hecho, pero eso, a mi, no me sirve para nada.

El pasado nos sirve de referente y el futuro, pese a que es algo para lo que nos tenemos que preparar, no deja de ser sino un papel en blanco donde dibujaremos cada dia y escribiremos, pero donde jamas podremos vernos reflejados. No os equivoqueis, nada de lo que nos va a pasar esta ya escrito. Nadie nos vigila y nadie nos reprime excepto nosotros mismos.

Pero no quiero que parezca que divago y me alejo del tema de este post... esa gente que por hache o por be, pierde la razon tal y como la concebimos los demas. Personas que en su mayoria viven atormentadas con fantasias sobre los dioses y el poder. Que nombran a dios o a los "servicios secretos" con la facilidad de un guion de cine. Personas frustradas con un tremendo complejo de inferioridad que enmascaran tras uno de superioridad, pero que se ven tan insignificantes con respecto a todo el mundo que les rodea y a todos los miedos que han ido creciendo en sus cabezas, que necesitan contarlo, que se les crea, que se les acepte en sus delirios y se les de la razon. Esa razon que perdieron y que solo pueden apaciguar con quimicos.

Pero si estos individuos siempre recurren a las mismas ideas para desarrollar sus paranoyas. ¿A que recurririan si estas figuras de dudosa autoridad no hubieran existido nunca? ¿Que alimentaria la locura de sus delirios? Podriamos empezar a experimentar desde este mismo momento y ser claros. La religion no tiene poder sobre los hombres, y la policia y los gobiernos no nos controlan. Todos son entes a nuestro servicio. Organismos subyugados a la democracia, a los ciudadanos que los alimentamos.

Tenemos la falsa creencia del gobierno represor, de la religion castigadora. Esa creencia con la que nos aterraban de pequeños y cuyos residuos no podemos sacar de nuestra cabeza, de esa conciencia que se formo en la niñez y que se ha alimentado de lo que amenazaba nuestra supervivencia.

Cuando somos niños, aun no conocemos los peligros reales de nuestra especie. Es la experiencia y la comunicacion con quienes ya tienen esa experiencia lo que nos hace verlos. Los peligros que amenazan nuestra integridad fisica son reales, pero son muchisimos menos de los que nos inculcan. Creen que para educarnos en el respeto, hay que hacerlo en el miedo.

"Si haces esto va a venir la policia y te va a meter en la carcel, si haces esto otro, dios te va a castigar. si eres malo iras al infierno, ten cuidado, un policia, que te lleva y no vas a poder ver mas a tus padres..."

Educamos a los niños en el miedo a las figuras que supuestamente estan a nuestro servicio, y esto revierte los roles de las personas en el futuro. Estamos evolucionando a un estado donde nada es lo que deberia ser, y todo se convierte en lo que los miedos de nuestra infancia creian. La democracia esta retrocediendo!! en el momento en que consideramos al presidente, mas importante que a cualquiera de nosotros. En el momento que consideramos a un sacerdote, con mayor moralidad que nosotros. En el momento en que nos sentimos con menos valor que cualquier figura con la que de pequeños nos atemorizaban.

Tenemos que tomar conciencia de cuales son los peligros reales, y de las facilidades que tenemos para superarlos. Tenemos que ser concientes de a que no debemos temer y cual es el papel que la sociedad asigno inicialmente a las figuras de "autoridad"

¡Perder los miedos mal inculcados! los miedos no necesarios, los que nos reprimen y condicionan el vivir diario. Perder los prejuicios y las fobias insensatas. Vivir la vida que deseamos, o al menos intentarlo, sin sentirnos coartados en nuestras libertades mas individuales. Creer en lo que queramos, pero respetando que cada individuo crea en lo que quiera, sea lo que sea. Abandonar los enfrentamientos ideologicos que no llevan a nada, que no sirven de nada, y que nos sectarizan, dividen y hacen retroceder la evolucion de la raza humana. Tenemos que empezar siendo conscientes de que no hay razas entre nosotros. Somos una misma raza, el homo sapiens sapiens, y hasta que evolucionemos o nos autodestruyamos, es lo que seremos, pese a quien pese.

Debemos olvidar los idearios, y si paseamos con nuestro hijo por la calle y vemos un policia, decirle que esa persona esta ahi para ayudarnos si lo necesitamos, y no para meternos en la carcel. Si vamos con nuestro hijo y vemos un cura, decirle que esa persona solo implica autoridad para quienes creen en la religion que representa.

Debemos renunciar a todo lazo cultural que nos ate a un pasado restringiendonos la posibilidad de vivir un presente sin tabues, sin temores y sin la hipocresia de estar viviendo en un juego social donde nadie somos lo que aparentamos y donde el individuo solo podra serlo cuando rompamos el guion que se nos ha dado y empecemos a escribir la historia como realmente queremos que sea. Con todo el respeto, con toda la calma que da tener el mundo a nuestro favor.


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Si Gorroneamos Aqui Estamos

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¡Que viene siendo llamada la SiGoAqEs! (por sus siglas en etrusco) Y es una sociedad conmutativa en la que no importa el orden de los factores para generar la suma.

Mientras yo me peleo con un teclado que se come algunas letras algunas veces, otros se afanan en afanar, y donde unos vemos esfuerzo, otros ven eurines de Minnesota.

Todo parecido con la realidad en el siguiente diálogo va a ser pura coincidencia... ¡Aunque puede estar basado o no en hechos reales! Basta con echar un vistazo a los medios de desinformación más actualizados, a los que en ocasiones hay que prestar atención.

Ringg, riiing

- ¿Sí?

- Ni sí ni no, señora. ¿Donde y cuando podemos vernos?

- Pues posiblemente aquí y ahora, porque no pienso moverme.

- Me desplazaré con recargo a la empresa, que a fin de cuentas le sobra. ¿Qué le digo al taxista?

- Clínica de Rehabilitación Infantil de Poraquí, señor Delegadogestordeloquesea.


Y allí que fue, encorbatado y silbando la quinta o sexta sinfonía de Potrobhen, cuyos derechos han expirado ya. La señora con la que había hablado minutos antes aguardaba en la sala de visitas, mientras su hijo de 4 años era atendido en lo que marcaba el diario de esta familia.


- Señora madre, usted pretende recaudar beneficios beneficos para una causa justa, ¿cierto es?

- Es una sana intención obligatoria y necesaria. ¿Por qué pregunta?

- Pues debe darme una señal.

- ¿La de la cruz?

- No me vale con un "que dios te lo pague", los caminos de la SiGoAqEs son escrutinables.

- Querrá decir inescrutables.

- Eso también, aunque ya lo veremos en las próximas elecciones. Pero como el tiempo es oro, no andemos con rodeos y charlemos de lo importante. La señal y este papelito que usted me va a firmar.

- ¿Mi autógrafo?

- Correcto, con el cual nos garantiza un diezmo a cambio de que le permitamos recaudar por su noble causa que desconozco.

- Si quiere se la explico.

- Imagino que es por su pequeño.

- Es por una de cada millón de personas en el mundo.

-¡Aha! ¿Sabe que mi causa es por el 11% de poco más de 90.000 personas en España y Miami?

- Se le dan bien lo números, espero que sus hijos piensen que se le da mejor algo más que eso.

- Arreando señora, ya puede dejar que Potorral cante en directo, que cuando él cante, nosotros contaremos.

La señora quedó invadida por un nauseabundo sentimiento de asco que aún hoy conserva. Le importaba poco el diezmo que dejaba de recaudar para salvar la vida de su hijo y la de algunas personas más en todo el globo. Lo que reamente le parecía importante a esta madre, era que hubiese personas que sacasen tajada directa de algo así y que la ley lo amparase.

Diezmo cobrado y cobro diezmado. Hay quien no está aquí para parecer simpático, eso desde luego. Creo que a estas alturas a nadie en la película se lo parece.

Pero una vez echado el telón de la trajicomedia, la realidad aquí es que Juanma está perdiendo la mielina de brazos y piernas, lo cual le está provocando una tetraplejia. Posteriormente se quedará ciego y sordo. No verá películas ni esuchará música protegida o no por derechos de autor, claro está, pero tampoco oirá a sus padres darle aliento ni les verá sonreir cuando él se comporte como un niño normal de 4 años.

Después de eso, quedará inevitablemente en estado vegetativo, siendo alimentado a través de sonda y en dos años, morirá.

Leed las noticias del día. Quizá haya algo que nos remueva el estómago más de lo habitual.

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Tacones de 4 centimetros

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Pensaba esperar a Mayo para escribir un nuevo post. Ultimamente estoy bastante ocupado entre otros proyectos personales y se me acumula la tematica para actualizar el blog. Aunque al fin y al cabo, todo gira un poco en torno a lo mismo.

Quizá debería tratar de ser algo más prolífico con este espacio, pero prefiero escribir sólo cuando realmente me sale lo que quiero decir, o cuando estoy en cierto modo ofuscado, como ahora.

Ofuscado por la imbecilidad colectiva, la manipulación patética y el derroche magno.

No debería hacerlo, lo sé, pero hoy estaba viendo las noticias en televisión... y uno de los temas del día, además de la gripe cerduna (chic@s, alejaos de vuestr@s exnovi@s), era la visita del presidente croasán al pais del jamón. Nunca pensé que hubiera venido para nada importante, más bien creí que era una de esas visitaslavadodecara habituales después de haberse insultado. Nunca me ha caído bien Monsieur Croasán, pero puedo estar de acuerdo en una cosa con él, así que tampoco veía necesidad de que viniera a retractarse y disculparse. Pero no voy a desviarme del tema, porque lo que nos atañe es mucho más importante. Más aún que la gripe cochina!! más si me apurais que el paro, la explotación laboral, Veredicto Dieciseis o el proceso de curación de las paletillas ibéricas. Señoras, señores y animales de compañía... ¡¡Los tacones de la señora de Croasán medían 4 centímetros!! Sí, sí, como leeis... no me quiero imaginar lo complicado que debe ser bajar del avión presidencial con semejante aparato en los pies... si me va a dar hasta pena y todo...

No penseis que exagero, más quisiera, pero en los informativos del día, han hablado de los zapatos de tacón de 4 centímetros de la señora de Croasán y de los dos, tres o cuatro vestidos que ha llevado hoy, así como sobre los que ha llevado la princesa Savater, grande de España y pequeña de Albacete.

Y sí, claro está, me ofusqué. No estoy diciendo que no se hable del tutú de baile que lució Madame Croasán o Princesa Savater, a mí eso me da igual, pero es que da la sensación de que Monsieur le President, vino a este jamonero país para sacar de paseo a su amante esposa, porque no han explicado nada más. Que cierta y personalmente no me importan los viajes y paseos de los presidentes del globo, pero creo que atontar a la población en unos informativos con informaciones (cuando quiero puedo ser muy redundante además de cargante) absurdas, está muy lejos de hacer que en nuestro país se haga evolucionar la conciencia de sus ciudadan@s.

Y no bastando con eso, la noticia va más allá. Y entiendo que los medios no puedan ser críticos más que cuando les interesa, por toda esa mentira de la objetividad, pero creo que alguien debería decirlo... Emmm... pero a lo que iba, a esa noticia del día. Para culminarla, después de haber discutido sobre lo favorecida que estaba una y otra "señora de", hablan de una cena y tal. Una cena con 140 invitados. Por supuesto yo no estaba, ni mi vecina de al lado, ni la del 3º ni el hijo "anarka" de Sonsoles. Ni siquiera habían avisado al anciano que duerme con dos perritos al lado de la iglesia. (El cura no le abre no vaya a ser que le manche las estatuas y las columnas de marmol) No, a esa cena estaban invitados políticos y empresarios, todos ellos con sus disfraces materiales y morales. Fingiendo, riendo las gracias del rival que tenían sentado justo al lado. Con sus esmoquines de alquiler y sus pajaritas preanudadas. Ahí estaba la flor y la nata del apestoso subsuelo. La guinda del pastel que se repartieron.

No me parece mal que la gente cene. Hay quien puede hacerlo hasta dos veces, ¡y no me enfado de verdad! ¿Pero quien ha pagado eso? ¿De donde sale el dinero, en estos tiempos de crisis que tanto nombran, para pagar una cena de gala y lujo en el palacio que fuera? Sería bonito y facil decir: "¡¡De nuestros bolsillos, señoras/es!!". Pero voy a ir más allá. Sin mirarme los presupuestos generales del estado (como si alguien se los mirase realmente) voy a decir que esa cena la han pagado personas como el anciano que duerme con los perros, de los Impuestos sobre el Valor Añadido que aporta al estado cuando compra un blister de fiambre o una lata de atún. Lo paga ese hombre que duerme en la calle porque varios de los asistentes a la cena han especulado con los precios de las viviendas con el consentimiento del gobierno que nos gobierna. Lo paga ese hombre al que el cura no deja dormir más que en la puerta exterior de la iglesia, esa "casa de todos" que promulgan con los brazos en alto. Lo paga ese hombre a quien nadie invita a cenar, a quien llaman vago y holgazán, a quien miran con desprecio. Sí, querais o no, lo paga él. Esa cena la paga él.

No sé a vosotros, pero a mí se me han quitado las ganas de comer.


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Disfraces

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En este mundo absorbido por las apariencias, el consumismo y la hipocresía, es lógico esperar que tengamos que usar distintos disfraces para interpretar nuestro papel según la ocasión.

Yo mismo, para interpretar mi rol de trabajador, debo disfrazarme con chaqueta y corbata, pero esto no sólo lo aplicamos al tema laboral, sino que nos viene de mucho antes. ¿De donde hemos heredado esta terrible afición por aparentar para querer ser?

Ya de pequeños seguimos a nuestros líderes, jugamos al fútbol con la camiseta que lleva el número del jugador que nos han dicho que es el mejor, nos vestimos de sherif o de indio, de policia o de gladiador romano. Nos intentamos convertir en pequeños lideres de nuestra mente. Nos autoproclamamos jefes de nuestra razón...

Pero sin ser eso suficiente, llega un día que empezamos a socializar. Nos unimos a otros jóvenes de la manada, que suelen congregarse en torno a un disfraz común, adquirido por hache o por be. El caso es formar grupos con diferentes lideratos, donde unos mandarán más que otros, cada uno a su manera, cada uno en su materia. Serán rivales irrespetuosos con las ideas que se enfrenten a las suyas, y de este modo, incluso en grupos que presuntamente defienden la libertad de pensamiento, se dan aprobados casos de intolerancia.

No voy a quedarme hablando de kanis kanem, voy a ir a algo que me duela más.

A finales de los 80 hay un movimiento musical bien extendido que se empeñan en llamar grunge. No sé qué nos dirá la wikipedia, pero me importa poco, porque voy a irme a lo accesorio. La estética... Camisas de leñador, pantalones gastados, pelo desarreglado... Era un cliché que para los precursores no exigía ningún esfuerzo, y así había que entenderlo. Era una estética adecuada al lugar y el momento en que éstos músicos se hacían fuertes. No era nada realmente forzado. Pero oh! cosas de la globalización y el comercialismo, el grunge se hace hombre y llega a lugares reconditos en forma de movimiento musicosocial reivindicativo donde para "ser grunge" no nos basta ya con escuchar una música determinada, pensar de una forma determinada o criticar las mismas cosas, sino que además tenemos que vestir como un estereotipo que para nada corresponde con nuestra realidad social. Y lo dice alguien que ha llevado camisas de leñador. de leñador estadounidense, por supuesto, porque aquí parece que visten de otra manera.

Es como cuando de pequeños, como decía anteriormente, nos poníamos el disfraz de policía para jugar a los policías. Ahora nos poníamos el disfraz de grunge para jugar a que lo sabíamos todo sobre los grunges, sobre su música, sobre su filosofía de vida y el hastío que les llevaba a desahogarse con gritos y expresiones surrealistas, a romper con rabia sobre un escenario. Nos poníamos el disfraz y ya eramos grunges, habíamos captado, claro está, toda la esencia que nos trasmitían las camisas de leñador. Si alguien intentaba romper con esa estética simplemente porque se sentía más cómodo con otra ropa, ya era un renegado, un presunto "intento de" y un grunge de pega. Aunque leyese a Sartre y escuchase a los Melvins, Screaming Trees, a los Pixies y que se yo, a Alice in Chains por citar unos cuantos que podían acabar escuchándose en España acudiendo a estraños distribuidores de música en cassette. Pero necesitaba su camisa de leñador, su pelo desaliñado y esa apariencia de estar drogado aunque lo único que se hubiese metido en el cuerpo fuese un paquete de deliciosos gublins.

El grunge español criticaba la hipocresía mientras agitaba su desalineadora botella de calimoche con euforia etílica lanzando improperios contra el estado y el sistema capitalista que había facilitado que él pudiese adquirir una horrible camisa de cuadros. Pero vamos a dejar de criticar por un momento la camisa. Justifiquémoslo diciendo que fue un movimiento que irrumpió de golpe y duró poco, (me refiero en Spain) y quisimos "adaptarnos" rápido. Vale, no era el lugar, pero era el momento. No teníamos porque llevar camisamanteles, pero el resto de elementos que simbolizaban el desarraigo si podían ser portados como una bandera de nuestras inquietudes, de lo que esa música desgarrada y sucia nos evocaba y nos transmitía, lo que despertaba en nuestra conciencia.

¿Pero y ahora? Sigue sin ser el lugar, pese a los musicales y comerciales imitadores nacionales, pero mucho menos es el momento. No quiero decir que no sea el momento de reivindicar, por supuesto que lo es, SIEMPRE lo es!! Y claro que se puede seguir haciendo música grunge. Yo defiendo que la música que hacemos es un medio de expresión que nos ayuda a sacar de dentro lo que sentimos y a compartirlo con otros seres afines a nuestros sentimientos, pero no es el momento de ser grunge estéticamente porque nos pueda hacer destacar o nos parezca guay. Si quieres ponerte una camisa de leñador, unos pantalones rajados y pasarte el día tirado en un parque fumando yerba y criticando a quienes no visten de acuerdo a tus cánones, no seas tan hipócrita y asume que estás siguiendo una moda comercial, degradando tu cerebro con sustancias que adormecen tu voluntad y benefician a quienes quieren manipularte y contolarte como un fiel corderito, y que lo haces sólo para parecer cool y que la gente piense que tienes algo más en la cabeza además de un pelo cuidadosamente limpio (pese a toda esa grasa).

No pretendas hacer creer que no tuviste un pasado kanis kanem nacido del mismo huevo que te ha hecho ahora grunge y que dentro de tres años te hará vestir de otra manera, porque no podemos estar disfrazados toda la vida. Mírate al espejo y date cuenta que no eres más que un patético intento de grunge, porque quizá tengas un buen disfraz, pero te falta entender porqué lo llevas.

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