La vida real

Ultimamente se me han ido acumulando temas sobre los que escribir, pero en vez de desarrollar algo crítico y con sentido me limito a esperar y esperar hasta que mi única genialidad es contar las ganas que tengo de tener un gato.

Intento escribir algo con principio, final, yo que se... ¡quizá moraleja! JA, moraleja digo, como si yo tuviese alguna idea sobre moral o convicciones. No, no estoy seguro de nada, ni tengo porque estarlo. Mi capacidad para dudar se antepone a mi capacidad para razonar.

¿Alguien piensa que con este blog pretendo adoctrinar o sectarizar sobre algo? Sólo intento decir, venga, coño, piensa las cosas por tí mismo. No te conformes con lo que te cuentan, saca tus propias conclusiones. Se crítico. No te creas ni siquiera las mierdas que escribo, porque son sólo desvaríos, reflexiones que voy sacando sobre la marcha.

No escribo con un guión o un esquema de lo que voy a contar. Tengo un tema que por lo que sea se me antoja desarrollar, una serie de claves que me gustaría plantear, pero de lo que flota por mi cabeza a lo que acaba siendo esto va un mundo.

¿Qué me parece todo lo del Alakrana? ¿Y esto de la nueva ley del aborto? ¿La prohibición de minaretes en Suiza? ¿Y lo que el lider de la secta católica piensa sobre el uso del preservativo? ¡Y joder! ¡El reportaje de Intereconomía sobre este último punto!




¡Ved este video y sentid pánico! Porque lo peligroso no es que haya diversidad de opiniones. Yo respeto a quienes piensan diferente a mí, sea cual sea su credo o ideología, pero lo que no se puede es convertir una opinión o un dogma en una realidad. O mejor dicho, lo que no debemos, es tomar las opiniones como realidades indiscutibles, porque somos los "espectadores" de este país quienes tenemos la última palabra. Quienes debemos creer o no lo que nos cuentan aquí y allá.

Supongo que soy demasiado quisquilloso, pero ¿sabeis realmente lo jodido que es que tu mente no te deje descansar? Que continuamente esté sacando planteamientos y conclusiones. Que a lo más sencillo le de diferentes versiones. Que desmienta ideas que acaba de proferir un segundo después de hacerlo...

¿Por qué escribo? ¿ De dónde sale esta necesidad? Porque lo es. ¿Qué sentido tiene? Es parte de la genética, de la "mejora" de la especie. Hablar y expresarse no es sólo un entretenimiento social. ¡Estamos dando y recibiendo información! Información que creemos necesaria para otros humanos, o que nos pueden situar por encima de esos otros humanos como lider. ¿Por qué la gente cuenta sus batallitas? ¿Por qué quieren dárselas de (loquesea)? Pues por animalismo puro.

¡Y es que no podemos renegar de lo que somos! Yo, tú, él... ¡somos animales! (algunos incluso rebuznamos) con un sentimiento de superioridad peligroso y relativo. Y precisamente la única capacidad que nos distingue aparentemente de las demás especies, la de cuestionárnoslo todo, es la que menos usamos, porque nos acomodamos a lo que nos mastican los políticos y los líderes en general, sean el papa, un imán o hanna montana.

¿Somos libres? ¿En serio? Yo soy bastante libre, pero estamos sujetos a unas normas dictadas por los gobernantes que pueden o no ser las más dignas, porque condenan y restringen aspectos de la vida personal de las personas. Las leyes de comercio son otro asunto aparte, que favorecen el enriquecimiento de los más ricos y de los que se les acercan con un poder que puede inclinar la balanza de la injusticia más hacia el lado de los que tienen y dan a quienes les conviene. ¿Más claro? Pues están los bancos que financian a los partidos políticos, o las grandes empresas que hacen más de lo mismo a cambio de favores, y eso es así, fue así, y seguirá siendo así por mucho que le pese a quien le pueda pesar, porque nos seguimos conformando con lo que nos mastica esa enorrrrrrrme gallina que es el gobierno. Esa que se come el alpiste y a nosotros nos da los gusanos regurgitados.

Pero aún así, soy más libre que muchas personas. Soy más libre que esa mujer que lapidaron por llevar una falda por encima de las rodillas, o aquella otra que casi linchan en brasil en una universidad católica (tolerantes donde los haya) por llevar una falda algo más corta que la anterior. Soy más libre que la primera pareja homosexual que iba a casarse en Argentina pero que el recurso de un particular ha hecho que se invalide su matrimonio. Soy más libre que esa mujer que va a un país "primermundista" bajo la promesa de un puesto de trabajo y es forzada a prostituirse. Soy más libre que la familia que debe confesarle a un hombre con sotana todas las cosas "malas" que ha hecho, o que quien tiene que ayunar o cesar en lo que esté haciendo para humillarse en determinada dirección.

Soy más libre que los que tienen miedo a la ira divina, a los gobiernos pseudodemocráticos o al maltratador con el que conviven. Soy más libre que muchos miles de personas en el mundo. Incluso me atreveré a decir que más libre que muchos millones de personas en la tierra. ¿Pero soy realmente libre? Tan libre como el chaval al que acusaron mediáticamente de violar y asesinar a una niña de tres años para tapar una negligencia médica. Tan libre como la mujer a la que los bancos embargaron su vivienda después de que la empresa donde trabajaba decidiese que ya no la necesitaba, porque sin ella ganaría más o lo mismo. Tan libre como quien vota una vez cada cuatro años para que alguien le represente en un gobierno plagado de corrupción.

Yo sé que el terrorismo es un problema, y lamentablemente es real, pero... ¿Cuantos políticos han detenido este año y cuantos terroristas? ¿Cual es la amenaza más flagrante para la democracia? ¿Quienes la combaten desde fuera con pistolas o quienes la pudren desde dentro con sonrisas y pactos? Porque a mí, la amenaza más evidente es la de tener el enemigo "en casa". Porque nos hacemos de rejas, alarmas y candados, pero de poco sirve cerrar las puertas y dejar al klukuxklan fuera cuando tenemos dentro a alguien en quien confiamos y que con uno de los cuchillos de nuestra cocina nos deja secos en un abrir y cerrar de ojos.

En serio, no sé. Es verdad que le doy demasiadas vueltas a las cosas y no debería ¡porque soy un tío con suerte! Lo fácil sería dedicarme exclusivamente a mis aficiones y no pensar tanto en cosas que al fin y al cabo ni me van ni me vienen. Me da igual la ley del aborto, aunque no entiendo que una persona con 16 años pueda tener responsabilidad para unas cosas sí y para otras cosas no. Me da igual que la televisión norteamericana censure un beso entre dos hombres y no censure uno entre dos mujeres, vetando luego al susodicho y cambiándolo en la programación por uno que ha sido condenado por malos tratos. Me da igual, pero sea cual sea la química que se agita en mi cerebro, hace que mis manos se muevan y saquen de ahí dentro todos esos chispazos. Pero ya digo que no tendría por que hacerlo, porque cada vez más, me considero afortunado. ¡Aunque esto de la suerte lo dejo para mi próxima entrada!

Comment (1)

"Ultimamente se me han ido acumulando temas sobre los que escribir, pero en vez de desarrollar algo crítico y con sentido me limito a esperar y esperar hasta que mi única genialidad es contar las ganas que tengo de tener un gato."

xDDDDD, "touché" y +1 mi querido amigo jeeje!

Sobre lo demás tenía escrito el mayor comentario del mundo y se me haciendo noseqé! Lo siento xD.

1 saludo.