- ¿Y eso de allí?
- Es un castillo.
- ¡Ah! No tenía ni idea de que tuvierais un castillo aquí.
- Sí. Vente, vamos a verlo.
- Guay
Desandaron sus pasos y tomaron una nueva ruta. Al minuto estaban frente a la reja que daba acceso a la ruina del patio del castillo.
- Me encanta la historia.
- ¿En serio?
- Sí. Aunque el castillo verás que no es gran cosa. A veces organizan exposiciones aquí. Y luego esto, lo han convertido en un parking.
- Ya veo. Que pena que no podamos entrar.
- Nos saltamos, ¿te imaginas?
- ¡Venga! jajaja.
Un dálmata apareció tras una esquina y se acercó a los dos. Traía puesto un bozal y vestía un chalequito adorable de listas beiges y azules. Venía en actitud cariñosa. Ponía sus patas sobre ellos, buscando las caricias que recibía y los halagos que no alcanzaba a entender más que en el tono de voz de los humanos.
- Dios, que monada de perro.
- Me encantan los dálmatas.
Mientras tocaban al animal, las manos de ambos se rozaron con suavidad, fruto de una casualidad quizá algo intencionada. El perro salió corriendo. Su dueño ya se había alejado demasiado.
Los chicos quedaron ahora en silencio, mirándose. Los ojos azul verdosos buscaban la sonrisa de los ojos marrones. Los labios de este último brillaban con timidez.
- No me mires así, ¡me intimidas!
- ¿Cómo te miro entonces? - E hizo una mueca graciosa con la cara.
- Jajaja. ¡Así tampoco!
De nuevo el silencio, más prolongado. El juego de aguantar las miradas. Los ojos marrones solían perder frente a los susurros de los ojos claros y se desviaban al suelo o a la pared más próxima. Cuando los ojos marrones consiguieron volver, los labios de ojos claros estaban ya muy cerca de sus labios.
Y se besaron.
Y en ese instante todo me dio igual, porque esos ojos y esos labios me habían buscado y encontrado, tocado y hundido. Porque supieron diferente a los demás ojos y labios que había encontrado durante los últimos meses.
¿Por qué tengo tanto miedo?
- Es un castillo.
- ¡Ah! No tenía ni idea de que tuvierais un castillo aquí.
- Sí. Vente, vamos a verlo.
- Guay
Desandaron sus pasos y tomaron una nueva ruta. Al minuto estaban frente a la reja que daba acceso a la ruina del patio del castillo.
- Me encanta la historia.
- ¿En serio?
- Sí. Aunque el castillo verás que no es gran cosa. A veces organizan exposiciones aquí. Y luego esto, lo han convertido en un parking.
- Ya veo. Que pena que no podamos entrar.
- Nos saltamos, ¿te imaginas?
- ¡Venga! jajaja.
Un dálmata apareció tras una esquina y se acercó a los dos. Traía puesto un bozal y vestía un chalequito adorable de listas beiges y azules. Venía en actitud cariñosa. Ponía sus patas sobre ellos, buscando las caricias que recibía y los halagos que no alcanzaba a entender más que en el tono de voz de los humanos.
- Dios, que monada de perro.
- Me encantan los dálmatas.
Mientras tocaban al animal, las manos de ambos se rozaron con suavidad, fruto de una casualidad quizá algo intencionada. El perro salió corriendo. Su dueño ya se había alejado demasiado.
Los chicos quedaron ahora en silencio, mirándose. Los ojos azul verdosos buscaban la sonrisa de los ojos marrones. Los labios de este último brillaban con timidez.
- No me mires así, ¡me intimidas!
- ¿Cómo te miro entonces? - E hizo una mueca graciosa con la cara.
- Jajaja. ¡Así tampoco!
De nuevo el silencio, más prolongado. El juego de aguantar las miradas. Los ojos marrones solían perder frente a los susurros de los ojos claros y se desviaban al suelo o a la pared más próxima. Cuando los ojos marrones consiguieron volver, los labios de ojos claros estaban ya muy cerca de sus labios.
Y se besaron.
Y en ese instante todo me dio igual, porque esos ojos y esos labios me habían buscado y encontrado, tocado y hundido. Porque supieron diferente a los demás ojos y labios que había encontrado durante los últimos meses.
¿Por qué tengo tanto miedo?
¿A qué tienes miedo? Sería la pregunta correcta. No sabía que trabajabas en un hotel. Debes tener anécdotas de todo tipo. Gracias por tu comentario.
gracias a ti, Ardid :) i si, anecdotas tengo bastantes la verdad!! me ha pasado de todo... algun dia hare 1recopilatorio! jeje
i sobre el miedo... bueno, se tiene cuando uno pierde la confianza. en este caso he perdido la confianza en muchas personas, en lo k buscan de ti, i en lo k te "dan" tengo miedo de k ahora k estoy saliendo del abismo, en vez de darme la mano para terminar de salir, me empujen hasta el mismo fondo... pero bueno, tenemos k arriesgar! ^^
Me vas a obligar a realizarte un 148 CP con un agravante 22.5 GRRRR
violento eres
No sé lo que es pero suena bien. Apoyo la idea de Simetry, por miedoso que ya zemos mayorcitos para dejar de buscar monstruos debajo de la cama o esqueletos en los armarios, coño ¬¬
es 1 texto bastante simple ^^ me alegra k t suene bien jajaja. tenias deberes atrasados eeh!! jajaja
¬¬u lo que me sonaba bien era esto:
"Me vas a obligar a realizarte un 148 CP con un agravante 22.5 GRRRR"
xDD ahora k dices lo de eskeletos en los armarios me ha venido a la cabeza Jonas xDD
jajjajajajaja ¿Sabes que hay bocetos dibujados de los tres??? y Jonás lo peta XDDDD Dicen que a color están quedando geniales pero me toca esperar :S ah, y tengo algunos adelantos de la segunda parte XDDDDDDDDD
eso tengo k verlo xDDD ya t ire sonsacando!!!! xDD