No soy como un humano normal que está dispuesto a caer, levantarse y volver a tropezar con la misma piedra las veces que haga falta hasta que caiga sobre él un meteorito que lo fulmine. Llevo demasiados golpes que no merezco y se me hace extremadamente difícil seguir recibiéndolos.
La culpa es mía por creer en las personas, por quererlas y tratar de comprenderlas y hacer todo lo posible por quienes me han rodeado. En todo este tiempo he sido incapaz de entender que a nadie le interesa cómo seas ni lo que hagas a menos que obtengan un beneficio. He sido un imbecil por tratar de ver el interior de la gente y no creer que sólo hubiera un eco inerte.
Mis palabras rebotaban para volver de nuevo a mí. Mis palabras agobiaban y eran incómodas.
He sido un puto incordio, orgulloso y caprichoso. He sido molesto y dañino.
Me empezaba a ver como alguien capaz de traicionar toda confianza. Creo que me estaba convirtiendo en algo que jamás he querido ser. Después de todo, os he fallado.
Hay cosas que no quiero oir, que no quiero saber, pero llegan a mi mente sin pedirlas. Sé más de lo que me dicen y no puedo detener esto. He renegado de todo antes de llegar a este punto. ahora quiero rebasarlo con esa soledad, con esa carencia de líderes, dioses o demonios.
Nadie ha tenido la culpa de que yo haya llegado hasta aquí. La asumo toda. Ha sido mi inconformismo y mis ansias. Mi empeño en demostrarme que yo no era diferente, que había personas como yo, con mi visión del mundo. Ha sido mi desengaño. Me había creado demasiadas expectativas. Sencillamente no tenía que haber pensado nunca en un futuro. Debí perder algunos de mis miedos antes de que me dominasen. Es lo malo de predecir todo lo que va a suceder. No consigues evitar el estrés cuando ves que los acontecimientos van llegando y que no puedes ser más que un observador pasivo. Un dibujo en la pared que ve como se desarrollan los hechos que temías.
Yo no estaba listo para nada de esto. Yo había estado alimentando sueños en los que mi papel era secundario, pero egoistamente quería recibir algo de lo que había entregado. Lo he hecho todo fatal.
Ahora mi incapacidad para sentir se ha hecho muy evidente. Ha desaparecido la ansiedad o ciertas culpas que ya sí estoy dispuesto a asumir. Queda el daño que no me importa infringir.
Porque asumo que soy egoista, que siempre lo he sido y que todo lo que he hecho lo he hecho por mí. Pero ya no me llena seguir haciendo nada por mí.
No me sacia escribir, no me satisface hacer música o cantar. Necesito gritar cada letra para poder tener durante un segundo la sensación de que me produce algo. Las canciones que antes amaba ahora están heladas en un iceberg y tengo que picar muy duro para percibirlas.
Estoy estancado y atrapado. Es como una burbuja en la que han entrado todos mis horrores y no puedo pincharla y salir, o si lo hago, será para siempre.
No sé hacer esto. Nunca he podido estructurar nada de lo que he escrito. Tenía mil ideas flotando en la cabeza y siemrpe se quedan fuera. ahora debería ser diferente, pero no lo es. Tengo la impresión de que olvido cosas que quizá puedan ayudaros. Ayudaros a entenderme y a respetarme.
Respetarme... yo he respetado tanto... he amado tanto que podía flotar. He andado sobre las aguas, sobre la niebla. He compartido todo, he regalado todo. Todo me ha parecido siempre poco.
Ahora me sobra todo lo que no he dado ya. Me sobra el entusiasmo adolescente del que no he sabido liberarme. Me sobra esta maldita mente que se anticipa a todo y se lo cuestiona todo. Me sobra una vida que se ha ido complicando, como todos los relatos que escribía, se hacían realidad y se me iban finalmente de las manos.
Ya no quiero escribir más. No consigo liberarme, no consigo sentir nada. Me angustia.
Y sé que no podreis comprenderlo. Yo ya no intento hacerlo. Tampoco he conseguido comprenderos a ustedes. Vuestra falta de intereses y de valores. Yo no estaba por el todo o por el nada tras el que vais. Yo estaba por el algo que me hacía respirar y que ha terminado asfixiándome. Mis ambiciones estaban saciadas, pero eso no me limitaba a que cada día fuera igual. Eso me empujaba a desear que cada día fuese diferente, pero con las personas a las que amaba.
La apatía del mundo pudo con toda mi vitalidad.
Programaré esto para que se publique dentro de algunos días. Os quiero.