A veces no le veo sentido a todo esto de escribir de manera "pública" Siempre he hecho de lo que escribia algo íntimo. Era un puro desahogo. Ahora no sé si publicar mis tonterías es ego o algo similar. No sé, creo que simplemente lo hago porque creo que le puede servir a alguien. Es algo instintivo no? eso de compartir la información, lo que creemos que aprendemos de la vida. Es divulgar la experiencia personal para algo, verdad?
Pero no digo nada que no se sepa, no doy ninguna solución a nada. Simplemente planteo dudas y más dudas y planteo soluciones parciales que niego a la siguiente frase. Soy una víctima contradictoria de mi ignorancia.
Son casi las 5 d la madrugada. Cuando me despierte será lunes y no tendré nada interesante que hacer. Muchos planes, muy poca voluntad. Sólo tengo voluntad últimamente para una cosa.
El martes descanso y he hecho planes para la mañana y la noche, pero tengo un vacío inmenso de horas que llenaré tirado en la cama o vagando por mi casa. Esperando el momento de disfrutar de una ducha cálida, durante la que estaré excesivamente atareado pensando en tonterías como para poder apreciarla. ¿Qué hay que llevar cuando te invitan a una cena? Una botella de vino, cervezas, tequila?
Mi guitarra. No para llevarla a la cena, sino para tocar ahora. No, ya no tengo ganas de tocar ahora. Ha sido sólo un impulso, un espasmo.
Tengo que tomar decisiones pero estoy harto de tomar decisiones. Todas me llevan al mismo lugar, al mismo rincón vacío de mi conciencia. A los mismos temores.
Teneis razón, ¿qué sentido tiene pelear? Yo mismo creo que simplemente nos debemos acomodar a nuestra situación en la sociedad y llevarlo de la mejor forma posible. Aunque eso implique batallar día a día por defender lo que nos corresponde y pertenece. Aunque seamos pisoteados y demos las gracias por ello. Porque, de qué va a servir?
No me importa donde va todo eso, pero tengo el maldito defecto de la empatía. Soy un estúpido compasivo que querría ser sólamente estúpido. No quiero cuestionarlo todo como lo hago. Prefiero dejar que me mientan, me aplasten y se rían de mí sin enterarme. Prefiero ser feliz así.
No, miento. No quiero ser feliz a costa de mi ignorancia o mi indiferencia, pero no soporto que todo me afecte tanto. No es nada fácil lidiar con mis "sentimientos" con toda esa maraña de convulsiones. Ese bombardeo constante.
Y a veces me he rendido, pero me ha durado poco el desánimo. Pronto he podido agarrarme a algo para seguir impulsándome hacia donde quiera que fuera. Hacia donde sea que me llevaban cada uno de mis actos o de mis palabras.
Quisiera ser puro instinto. No dudar! No pensar en los demás, ni en mí. No soy bondadoso porque tenga empatía. Siempre miro antes por mi interés. No soy ningún maldito martir de nada ni de nadie y tampoco me siento culpable. La moral cristiana no me llega hasta ahí.
Pero hay gente a la que quiero hacer feliz por encima de todo y a veces es tan difícil. Hay cosas que no quiero que cambien y otras que no sé. No sé si hay algo que quiero que cambie la verdad. Pero en realidad quiero que cada día pueda ser diferente. No soporto las rutinas, no estoy hecho para ellas.
¿Y a quien le importa esto? Parece el grito desesperado de un esquizofrénico que no comprende el mundo en el que se sumerge. No es una petición de auxilio, o eso creo. No sé para qué escribo. Supongo que es esto de lo que hablaba antes del instinto de compartir experiencias y sentimientos. No tiene sentido.
No sé si volver a escribir en la intimidad de mis cuadernos y olvidarme de esta movida de blogs que no aportan nada a nadie. Ni siquiera a mí me hacen sentir ya mejor. No sé. Lo de los cuadernos también me ha fracasado un poco últimamente y uno se va desilusionando con según que cosas. Dependo mucho del interés de los demás. No de los demás en general, sino de la gente por la que me muevo o por la que me esfuerzo. Me desmotivo rápidamente si las personas para las que busco un beneficio no me apoyan o no me estimulan. Es como pintar una pared que sabes que no verá nadie. Hay cosas que no sirven para nada.
Como este blog al que cada vez encuentro menos sentido.
Pero no digo nada que no se sepa, no doy ninguna solución a nada. Simplemente planteo dudas y más dudas y planteo soluciones parciales que niego a la siguiente frase. Soy una víctima contradictoria de mi ignorancia.
Son casi las 5 d la madrugada. Cuando me despierte será lunes y no tendré nada interesante que hacer. Muchos planes, muy poca voluntad. Sólo tengo voluntad últimamente para una cosa.
El martes descanso y he hecho planes para la mañana y la noche, pero tengo un vacío inmenso de horas que llenaré tirado en la cama o vagando por mi casa. Esperando el momento de disfrutar de una ducha cálida, durante la que estaré excesivamente atareado pensando en tonterías como para poder apreciarla. ¿Qué hay que llevar cuando te invitan a una cena? Una botella de vino, cervezas, tequila?
Mi guitarra. No para llevarla a la cena, sino para tocar ahora. No, ya no tengo ganas de tocar ahora. Ha sido sólo un impulso, un espasmo.
Tengo que tomar decisiones pero estoy harto de tomar decisiones. Todas me llevan al mismo lugar, al mismo rincón vacío de mi conciencia. A los mismos temores.
Teneis razón, ¿qué sentido tiene pelear? Yo mismo creo que simplemente nos debemos acomodar a nuestra situación en la sociedad y llevarlo de la mejor forma posible. Aunque eso implique batallar día a día por defender lo que nos corresponde y pertenece. Aunque seamos pisoteados y demos las gracias por ello. Porque, de qué va a servir?
No me importa donde va todo eso, pero tengo el maldito defecto de la empatía. Soy un estúpido compasivo que querría ser sólamente estúpido. No quiero cuestionarlo todo como lo hago. Prefiero dejar que me mientan, me aplasten y se rían de mí sin enterarme. Prefiero ser feliz así.
No, miento. No quiero ser feliz a costa de mi ignorancia o mi indiferencia, pero no soporto que todo me afecte tanto. No es nada fácil lidiar con mis "sentimientos" con toda esa maraña de convulsiones. Ese bombardeo constante.
Y a veces me he rendido, pero me ha durado poco el desánimo. Pronto he podido agarrarme a algo para seguir impulsándome hacia donde quiera que fuera. Hacia donde sea que me llevaban cada uno de mis actos o de mis palabras.
Quisiera ser puro instinto. No dudar! No pensar en los demás, ni en mí. No soy bondadoso porque tenga empatía. Siempre miro antes por mi interés. No soy ningún maldito martir de nada ni de nadie y tampoco me siento culpable. La moral cristiana no me llega hasta ahí.
Pero hay gente a la que quiero hacer feliz por encima de todo y a veces es tan difícil. Hay cosas que no quiero que cambien y otras que no sé. No sé si hay algo que quiero que cambie la verdad. Pero en realidad quiero que cada día pueda ser diferente. No soporto las rutinas, no estoy hecho para ellas.
¿Y a quien le importa esto? Parece el grito desesperado de un esquizofrénico que no comprende el mundo en el que se sumerge. No es una petición de auxilio, o eso creo. No sé para qué escribo. Supongo que es esto de lo que hablaba antes del instinto de compartir experiencias y sentimientos. No tiene sentido.
No sé si volver a escribir en la intimidad de mis cuadernos y olvidarme de esta movida de blogs que no aportan nada a nadie. Ni siquiera a mí me hacen sentir ya mejor. No sé. Lo de los cuadernos también me ha fracasado un poco últimamente y uno se va desilusionando con según que cosas. Dependo mucho del interés de los demás. No de los demás en general, sino de la gente por la que me muevo o por la que me esfuerzo. Me desmotivo rápidamente si las personas para las que busco un beneficio no me apoyan o no me estimulan. Es como pintar una pared que sabes que no verá nadie. Hay cosas que no sirven para nada.
Como este blog al que cada vez encuentro menos sentido.
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