No recuerdo donde escuché que nacimos solos y morimos solos... quizá en alguna de estas series o películas que quieren llenarse de frases pseudo-filosóficas para poder ser citadas luego. No quito mérito a los guionistas, que al fin y al cabo son (imagino) personas con afición por la escritura, como puedo ser yo, pero sobre esta afirmación tan generalizada, discrepo seriamente.
No digo que no haya quien nazca "solo" y no porque brote de una espora, sino porque su madre misma lo abandone o vete tú a saber, no? pero sea como sea, nunca nacemos solos.
Sí es cierto que mucha gente muere sola. Demasiada gente muere sola y quizá es la verdadera tragedia... que tampoco digo que no haya quien se lo merezca, pero al fin y al cabo, una vez muerto, qué más le da? No es ningún escarmiento. El dolor es sentir esa soledad y sufrirla a diario.
Entonces, aunque eso de nacer solo y morir solo fuese verdad, qué coño importa? Lo que cuenta en la vida es el camino que recorremos. Yo no nací solo y si muero solo, será porque así lo he decidido con mis acciones y mis decisiones.
Uno de los animales que más me fascina es el gato... os vais a reir, pero en un comic de Ebichu (sí, el hamster ama de casa...) leí que los gatos, cuando saben que van a morir, se alejan de aquellos con quienes han compartido su vida... No lo he contrastado, pero cuando mi último gato iba a morir, se alejó de casa. Se pasó unos días durmiendo en jardines del vecindario... en fin. No me apetece tampoco hablar de muerte. Pero no considero que eso sea morir solo, cuando hay gente que te llora o alguien que te va a echar de menos.
Me apetece más hablar de vida.
Hace unos días salí al jardín y escuché el maullido de un gatito pequeño... miré de donde provenía y allí estaban... dos gatitos preciosos en una de mis jardineras. Era como una estampa navideña. Los dos animalitos acurrucados mirándome con desconfianza. Eran tan frágiles, te daban una sensación de debilidad tan grande que me quedé embobado mirándolos sin saber qué hacer...
Supuse que la madre los habría dejado allí, porque no tenía sentido que alguien hubiese saltado mi muro para abandonarlos en ese preciso lugar, y ellos tampoco hubieran podido subirse en aquella enorme maceta ni sortear los escalones que la separaban del suelo. Definitivamente fui a hacerles una foto mientras pensaba qué podría o más bien, qué debería hacer.
No quería tocarlos, no fuera a ser que la madre los rechazase o algo... tampoco me atrevía a darles leche, porque bueno, a pesar del tópico, a los gatos les sienta fatal la leche. Si acaso se la hubiera aguado un poco para que la tolerasen mejor y tal, pero y si no lo hacía bien y les provocaba diarreas y todo eso?? U___U eran demasiado chicos. Tan vulnerables!!
Me asomaba a cada rato, los veía maullar. No se movieron de allí en ningún momento. Finalmente, después de todo el día pendiente, temiendo que la madre no volviese, cuando caía la noche y por fin me decidí, después de que no hubieran comido nada en todo el día, a ponerles la leche aguada, me asomé al jardín. No los escuché maullar, miré desde la puerta y vi a la madre tumbada en el suelo y los dos gatitos, ya fuera de la jardinera, alimentándose sobre ella. No quise interrumpir la escena. No quise acercarme, hacer ruido, ni respirar! No quería que la gata se fuese o se sintiese atacada por mi presencia. Cerré la puerta sin hacer ruido y los dejé ahí, tranquilo de saber que estaban con quien debían estar. Que la madre no los había abandonado, sino puesto a salvo.
A la mañana siguiente ya se habían ido. Espero que a cualquier lugar donde estuviesen más a salvo y puedan crecer y sobrevivir. Me quedé sin el capricho de volver a tener gatitos en casa, pero feliz de que fuera su madre quien vino a por ellos. Que ese instinto fuera tan fuerte. Me acordé de una gata que tuve a los 8, 9 años... la primera vez que tuvo crías. Me acuerdo perfectamente porque fue el día de mi cumpleaños. Estaba celebrándolo en casa con mi familia y la gata vino a buscarme. Me llevó hasta donde tenía su camita y comenzó a parir. La ayudamos entre mi primo y yo. Acabé con las manos llenas de sangre! pero fue realmente precioso... La recuerdo como recuerdo a todos los gatos que he tenido... no, no nacemos solos. Nacemos con una madre y no morimos solos a menos que lo deseemos o no hagamos nada por evitarlo, porque a pesar de todo, hay personas y animales maravillosos con los que pasar algunos años en este planeta.
P.D. Gracias a
@tumellevas por darme caña para que escribiera una entrada ;) y gracias también a él y a tod@s por leerme.
